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sábado, 22 de diciembre de 2007

RILKE

Gracias al poeta Santos Domínguez (http://santosdominguez.blogspot.com/) que me mantiene al día de las actualidades literarias (http://encuentrosconlasletras.blogspot.com/), dispongo de la traducción de Jaime Ferreiro Alemparte de parte del corpus poético de Rainer Maria Rilke, con T. S. Eliot el mayor poeta del siglo pasado.

Quien esté familiarizado con la obra de Rilke y su figura, aunque seguro que conoce el poema que sigue, no estará más de acuerdo en afirmar que no se trata de un lírico en el que se pueda atisbar en ningún caso presencias folklóricas en su obra a la manera de un Lorca, de un Picasso.

Es más, los animales son en él una presencia extraña en la que alienta un conocimiento primitivo dle mundo y del transmundo.

La presencia de España en su poesía, estudiada en profundidad por Jaime Ferreiro, es más honda, así posiblemente sus ángeles mortíferos de las Elegías de Duino estén inspirados por los ángeles del Greco. Sevilla, por ejemplo, no le causó impresión alguna y sin embargo en Ronda, el abismo, lo llevó a la ciudad irreal del aire atirantada.

No estuvo interesado en toros y sin embargo qué grandioso poema nos dejó al respecto, que por cierto, es citado en la serie Juncal por la última amante del torero, estudiosa del poeta.

Por extensión debe aludir a todo el toreo, ordenado en sus tercios por el chiclanero, a lo mejor revisó el poeta la tauromaquia de Paquiro, ya que no lo pudo ver torear pues murió en 1.854 mientras Rilke nació en 1.875


CORRIDA
(In memoriam Montes, 1.830)

Desde que, insignificante casi, se arrancó
del toril, el espanto pintado en el semblante
y aceptó la terquedad del picador
y la incitación de las banderillas

como si fuera un juego, crece ahora
su fogosa estampa -mira: en qué tamaña mole
se amontona del remoto y negro odio,
su testuz contraída como un puño,

no jugando ya contra uno cualquiera,
no, sino izados en la cerviz sangrientos
garfios detrás de los calados cuernos,
consciente ya de su enemigo eterno

ése, que en oro y seda rosa malva
se vuelve de pronto y como a un enjambre
de abejas, a las que de pronto despectivo tolerase,
al aturdido le deja bajo el brazo franco

el paso, mientras sus cálidas miradas se alzan
de nuevo levemente conducidas
y como aquel círculo, afuera, se aplacara
en el brillo y lo oscuro de sus ojos,
y en cada palpitación de los párpados,

hasta que apuesto, impasible, y sin odio
apoyado en sí mismo, sereno, sosegado,
hunde casi blandamente el estoque
en la gran ola que rueda y retorna,
y su ímpetu se ah0ga en el vacío.

RAINER MARÍA RILKE
(París, 3 de Agosto de 1.907)




"¿Ve cómo ese Rilke que ni sabía lo que es torear también nació para cantar a los toreros?"-dice Juncal.

El poema, como se ve, es solemne, sublime. Especialmente la última estrofa.

EL CARTEL DE BARCELÓ


Dicen que un conserje de La Real Maestranza ha dicho: "¡ojú, este toro es como los que pintaban en las cuevas!". Juan Manuel Bonet ha destacado precisamente su fuerza primitivista y rupestre e incluso, por su energía y fondo amarillo mate, lo ha comparado con un palo de la baraja.

Barceló no es uno de mis pintores favoritos, pero este cuadro me gusta mucho, cuando esperábamos algo picassiano (a la manera del cartel de Barcelona, el de la reaparición de José Tomás) este toro de Altamira en costalada y alanceado, demuestra la inagotable capacidad de expresiones que suscita la tauromaquia y la fuerza provocadora de la misma-porque a algunos les parece un cartel antitaurino-.

A mí no, primero porque el toro rupestre remite a lo cósmico, a la lucha elemental y el toreo no es sino una estilizada transfiguración del arte de cazar; la segunda porque el toro, alanceado, es atravesado por la flecha de la muerte que, pintada de rojo y con trazas infantiles, más que a la lanza creo que remite a la flecha de Cupido, Eros frente a Thanatos.

Toro y torero en lucha hermosa.

Este toro transverberado es un violento estallido de perfecto dinamismo.

Barceló ha dicho algo nuevo y fuerte.

Bien por la Maestranza y sus carteles, están haciendo una estupenda colección y acciones como esta dignifican aún más este arte (no olvidemos lo que Barceló supone en el trasiego contemporáneo de la pintura).




domingo, 16 de diciembre de 2007

Julio Aparicio

Los noventa, en Madrid, fueron unos años muy duros para los aficionados a los toros. Ferias interminables, pocos toreros de verdadero interés y toros perpetuamente por los suelos.

Hubo ferias con sólo cinco o seis orejas para los matadores. Años en los que el triunfador fue Florito.

Pero, aún así, hubo tardes memorables. De dos de ellas ya hemos hablado aquí: la Goyesca de Joselito un dos de mayo y la de Curro con Soneto. La otra tarde que recuerdo sentir cómo la plaza se volvió loca por lo que estaba viendo fue la de la confirmación de alternativa de Julio Aparicio.

Aparicio, que de novillero tenía ya una importante legión de seguidores, tardó varios años en confirmar en Madrid. Primero por desacuerdos con la empresa, dudas,… y, finalmente, porque una lesión le hizo caerse de la Feria de San Isidro de 1993 en la que estaba anunciado.

La confirmación tuvo lugar el 18 de mayo de 1994, alternando con Ortega Cano y Jesulín. En el toro de la confirmación, Julio no lo vio claro y abrevió.

En el quinto, con la muleta, después de un par de pases de tanteo, echó a correr hacia el centro del ruedo. Comenté entonces con mi compañero de asiento si no habría tenido una visión el torero. Nos extrañaba, pero debió ser algo así. Desde allí, citó al toro y lo embebió en su muleta con pases de una inspiración desbordada. Toreó no sé si por bulerías, soleás o alegrías. Pero toreó flamenco en cualquier caso.

Era un toreo desgarrado. Técnicamente perfecto, pero radicalmente nuevo. Inimitable. Un toreo con el corazón. Arrebatado. Mezcla de improvisación y genio. De sentimiento y raza. De profundidad y adorno pinturero.

Desde la primera serie la gente vibró de una forma que pocas veces he visto en una plaza de toros, y casi ninguna en Las Ventas. Hubo quien se echaba las manos a la cara. Se pellizcaba para ver si estaba soñando. Abrazaba a quien tenía al lado.

Aquello no era una faena al uso. No era sólo buen toreo. Era magia. Un momento único que hacía sentirnos privilegiados a todos los que estuvimos allí.

El torero lloraba, desfondado, después de cada tanda. Y se sentó derrumbado junto a las tablas después de matar al toro. Se vació por completo y nos hizo sentir la inmensa majestad del arte a eso de las ocho y media de la tarde.

Los periódicos lo recogieron al día siguiente.

Joaquín Vidal tituló su crónica “soñar el toreo” y decía cosas como estas:

Fue el toreo soñado. Fue el toreo que los diestros con torería intensa rumian en las duermevelas de las corridas, cuando se amalgaman en los vericuetos del pensamiento los sueños de gloria y los presagios de tragedia. Así fue, como un sueño, el toreo cumbre que recreó Julio Aparicio ante el asombro de la cátedra, en el centro geométrico del redondel.

Fue también el toreo que había soñado la afición. El toreo perfecto, el toreo mágico; la suma y compendio de cuantos retazos de toreo profundo, emotivo y bello se hayan podido ver en toda una vida de aficionado. Aquellos muletazos de dominio, aquellos pases de suavidad infinita, la galanura de las trincherillas y de los cambios de mano, los naturales en su expresión más pura, los redondos convertidos en exquisitez; el broche deslumbrante de las suertes cabalmente ligadas, resuelto mediante el revoloteo jubiloso del pase de pecho el embrujo del ayudado; la estocada en la cruz a volapié neto, volcándose el matador sobre el morrillo del toro. Todos esos retazos de la tauromaquia excelsa —con marca exclusiva y autoría precisa cada cual—, que se hubieran llegado a ver en toda una vida de aficionado y se mantenían frescos en el recuerdo, de repente se ensamblaban y fundían convertidos en una sola y monumental creación artística, en el centro geométrico del redondel de Las Ventas.

Julio Aparicio fue el creador. Ocurrió de súbito. Trasteado el toro en unos armoniosos pases de tanteo, debió venirle de golpe la inspiración, corrió al centro geométrico del redondel, citó desde esa distancia, embarcó al toro que acudía vivo y fijo a tranco alegre, y de ahí en adelante obró el prodigio de transfigurar el toreo técnicamente perfecto en una explosión de fantasía.

¡Qué locura, entonces! El público pasó del pasmo al delirio.

Ruben Amón, en El Mundo, titulaba “un torero en trance” y escribía en su crónica:

El trance, en términos religiosos, es el estado del alma en unión mística, y, en términos de esoterismo, la manifestación de situaciones paranormales a través de un médium. Una y otra definición aproximan la revelación de Julio Aparicio en Las Ventas, pero resultan insuficientes para explicarla completamente.

Ignoramos las razones que animaron al torero de Sevilla -y ya de Madrid- a romper con su apatía para desafiar en los medios al toro de Alcurrucén. Nunca sabremos si la inspiración divina alentó semejante aparición o si la faena -el faenón- fue la expresión de una raza contenida por la incertidumbre del futuro y la responsabilidad de la tarde. El caso es que Julio Aparicio meció en sus muñecas el incansable ir y venir del toro, desató la pasión con naturales de ensueño y dibujo derechazos de oro que iluminaron los tendidos y desataron la emoción.

El toreo, un clamor. Y Aparicio, un artista en estado de gracia que acariciaba en el vuelo de su muleta la nobleza de aquel bravo animal cuyas embestidas obedecían el camino de una faena memorable.

En los medios, Julio Aparicio ofrecía el pecho, adelantaba el engaño, cargaba la suerte y encadenaba los muletazos con los pies atornillados y el gesto hierático. Inolvidable.

Lloraba Aparicio y aplaudía el público. Era el símbolo de una comunión efímera en la plaza e imborrable en la memoria. «Los muletazos me salían del alma», dijo Rafael de Paula cuando se apareció en Las Ventas aquella feria de otoño del 87. Y del alma le salían los muletazos a Aparicio, que se desmayaba en series de muletazos hondas y bellas, unas veces rematadas con pases de pecho interminables y, otras, mediante aterciopelados trincherazos y pintureros cambios por delante.

Aquella tarde, más que una alternativa, se confirmó la genialidad de este torero. Que desafortunadamente no ha tenido la continuidad que hubiéramos querido. La temporada pasada parece que algunos tuvieron la suerte de verle también momentos de inspiración.

¿Se repetirá en el 2008? ¿Por qué no lo ponen en la tarde de la reaparición en España de Morante, el 29 de febrero en Vistalegre? Con Juan Bautista o Curro Díaz, por completar el cartel.

domingo, 2 de diciembre de 2007

La tauromaquia de Don Juan

De entre las versiones literarias del mito de Don Juan prefiero la novela ("historia", sugería llamarla él) de Gonzalo Torrente Ballester. Un Don Juan inmortal que ha recorrido siglos seduciendo mujeres como forma de vivir en el pecado, acompañado de su inseparable criado Leporello, experto en Teología que desde su alma de diablo va relatando los devenires de su amo y justificando sus razones.

Mediada la novela, este diablo compara la forma de actuar de Don Juan con la de los toreros. Explica, podríamos decir, su tauromaquia. Que no sería mal ejemplo para los diestros de cualquier época y condición. Dice así:

"... porque el comportamiento de Don Juan se asemeja al de un gran torero. El gran torero, el torero genial, no es el que inventa chicuelinas o manoletinas, ni el que torea largo o corto, ni el severo o el adornado, sino precisamente aquel que comprende la singularidad, la irrepetibilidad de cada faena, la necesidad de torear a cada toro de una manera exclusiva, que no puede ser cualquiera, sino precisamente la exigida por el toro. El toro no es una fuerza ciega e innominada, sino un individuo tan singular a su modo como cada hombre. Por eso cada toro tiene su nombre. El gran torero, nada más ver al toro, ya sabe cómo hay que recibirlo y capearlo, cuántas puyas y de qué fuerza necesita, cuántas banderillas y de qué estilo, cuántos pases y de qué marca. Dicho de otra manera, no existe, para el gran torero, una técnica general aplicable indistintamente a cada bicho, sino una técnica concreta, exigida por aquel que está delante. El que lo descubre y es capaz de realizarla, llega al final de la faena con el toro cuadrado, el morrillo baj, y puede matarlo a su gusto de una sola estocada.

- Que es lo que Don Juan hacía con sus vaquillas.

- Exactamente. Para mi amo no existe "la mujer", sino cada mujer, distinta de las demás, inconfundible. Haber descubierto la personalidad singular de cada una, incluso en aquellos casos en que permanecía escondida, es lo más incomparable de sus glorias, la que ningún otro profesional de la conquista, más o menos Casanova, podrá jamás arrebatarle. ¡Qué intuición la suya, amigo mío! ¡Cuántas veces no habremos pasado junto a una mujer cualquiera, una mujer a la que ningún hombre hubiera mirado, si no es don Juan! Yo le decía: "Mi amo, es una mujer vulgar". "Espera unos días", me respondía. Y, poco a poco, iba levantando la costra de vulgaridad hasta dejar al descubierto un alma resplandeciente. Claro está que no sería posible con la sola intuición. La vulgaridad con que algunas mujeres se enmascaran es impenetrable hasta para los ojos de mi amo. Pero mi amo ha contado siempre con su propia fascinación. Al sentirse fascinadas, las mujeres descuidaban su guardia, dejando un resquicio por donde penetrarlas."

domingo, 25 de noviembre de 2007

Hipótesis sobre José Tomás

La vuelta a los ruedos de José Tomás la pasada campaña ha supuesto un revulsivo para la fiesta que no puede dejar a nadie indiferente.

Mucho se ha escrito, sobre todo a partir del mes de agosto, sobre la supuesta exageración en el elogio, el desprecio a otros toreros, su técnica (o la ausencia de ésta),… Pero creo que nada de esto es lo realmente relevante.

El hecho de que se haya hablado de José Tomás fuera de los angustiosos círculos taurinos supone, ante todo, dos realidades. La primera, que se puede mandar en la fiesta pasando por encima y despreciando a todo el engranaje de mediocres que aúnan plazas, toreros, toros, peñas y estados de opinión. Y la segunda, que para hacerlo hay que reivindicar la épica del toreo.
José Tomás no es el torero que mejor torea en este momento. Los hay con más arte (Morante, Manzanares, Curro Díaz, Juan Bautista,…) y con más técnica (Ponce o El Juli, sin ir más lejos). Entonces, ¿por qué la gente llena las plazas al reclamo de JT? ¿Por qué los intelectuales y los “modernos” le dan carta de naturaleza y vuelven a los ruedos? ¿Por qué se habla de él en los medios, fuera de las escuetas crónicas taurinas, e incluso sin que medie una cornada?

A mi juicio, lo que distingue a José Tomás es su empeño por reivindicar que el toreo no es un oficio ni un espectáculo, sino un ritual pagano. Una especie de religión sin Dios. Algo que nos conduce a lo más hondo de nuestra esencia.

Hoy, los toros no son un espectáculo de masas. Los públicos, salvo excepciones, no entienden de toros, ni de la técnica del toreo,… No saben qué lidia requiere cada tipo de animal. Ni siquiera, la mayoría, a qué responde el orden de la lidia. No saben de campo y no han pasado horas oyendo a sus padres y abuelos hablar de tal o cual faena, del modo de torear de no-sé-quién,… Por eso, es muy difícil que aprecien una faena, más allá del riesgo evidente o de la estética manifiesta.

Pero, sin embargo, reconocen a la primera la severidad de la liturgia. El estoicismo en la inmolación. No porque JT quiera morir (¡soberana estupidez!). Sino porque no rehúye esta eventualidad. Porque su técnica no está dirigida a torear de forma estética, sino a que su presencia en la plaza lo sea. Incluso si eso se traduce (por necesidad o por impericia) en enganchones y desarmes.

JT torea muy bien a veces y otras se alivia. Tiene días claros y algunos de profunda maraña. Le escogen los toros y no siempre con acierto. Pero en la plaza transmite una sensación de pureza que es difícil encontrar en otros diestros.

Para que el toreo se engrandezca en este siglo XXI no va a ser suficiente que se toree bien (cada vez hay más toreros que saben hacerlo, en esto las escuelas han ayudado una barbaridad). Será imprescindible que, más allá de la diversión y la fiesta, la gente le dé un sentido profundo a lo que allí sucede. Si no, por pura estética o por tradición, no será fácil defender la muerte del toro.

Y para eso los toreros tendrán que mantener un halo de misterio que explique que su riesgo no es trivial.

Dentro y fuera de la plaza. Convirtiéndose en centro del debate y de la provocación. Con diferentes estilos y con acusada personalidad. Caminando y viviendo de forma distinta. Porque así lo exige el rito. Porque esa es, también, su inmolación.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Rentrée

Morante promete volvernos locos a los aficionados.

Lleva camino de ser un torero intermitente. Pero no porque tenga días de mayor gloria o de profundidades insondables, sino porque su espíritu le va conduciendo de forma aleatoria a encontrarse con el fervor del público o a encerrarse en los misterios de su mente.

Ha decidido reaparecer el Día de Reyes en Méjico. Ya no hace falta que los de Oriente traigan más presentes. Con él, la temporada toma otro cariz.

Por casualidades del destino iba a estar en el DF en esas fechas. Pero al final no va a poder ser, aunque no descarto verle por aquellos pagos a comienzos de febrero. Iré dando debida cuenta.

Su reaparición ha sido presentada con brevedad pero con amplio despliegue informativo. Aunque no se sabe muy bien cómo piensa organizar la temporada. Hay quien ha hablado de una exclusiva de 25 tardes. Quizá, después de la experiencia de la pasada campaña de José Tomás, hay toreros de culto que quieren dar cierto empaque a cada tarde. Y eso no se puede hacer en 100 corridas por campaña. Habrá que verlo. Ni siquiera JT puede plantearse el próximo año como el 2007. El público va a exigirle más y serán muchos menos los que puedan seguirle de romería.

Pero Morante puede decir en 25 tardes más que algunos en toda la temporada. Además, el número es sumamente escueto. Imaginemos:

Olivenza: 1
Sevilla: 3
Madrid: 2
Valencia: 1
El Puerto: 2
Sanlucar: 1
Huelva: 1
Toledo: 1
Barcelona: 1
Nimes: 1
Algeciras: 1
Málaga: 2
Murcia: 1
Salamanca: 1
Campo Pequenho: 1
Santander: 1
Albacete: 1
Mérida: 1
Valladolid: 1
Ronda: 1

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Liturgia y ritual

Este fue el relato que envié al concurso de Las Ventas. Los premios han tenido otros destinatarios (mi enhorabuena a todos ellos). Par mí, la recompensa del concurso fue revivir aquella tarde inmensa. Y que fuera publicado en la fecha más taurina (el 15 de agosto). Como fue también inmenso poder disfrutar del relato de José María, que si no fue premiado sólo puede ser porque los méritos que se han tenido en cuenta han sido otros que los estrictamente literarios. Lo mío, fue más modesto. Decía así.

Liturgia y ritual

Cuando aquella tarde salí de la plaza me propuse firmemente no volver a ir jamás a una corrida de toros. Y no porque aquella hubiera sido mala, como ocurre con frecuencia, sino porque intuí que era prácticamente imposible que llegara a sentir la emoción que acababa de vivir. Afortunadamente, incumplí mi propósito y he podido ver después grandes faenas. Pero el presagio se ha cumplido y, tardes de toros, no he vuelto a vivir ninguna como aquella.

Porque en la goyesca del 2 de mayo de 1996 Joselito no sólo toreó bien a sus seis toros, sino que los recibió de capa de forma distinta a cada uno, los puso en suerte, hizo quites con pureza, vistosidad y sin repeticiones (el del cuarto, absolutamente inenarrable), empezó cada faena de muleta con un planteamiento diferente según lo requería el comportamiento de cada animal, reinventó pases olvidados, hizo faenas de pellizco y de arrimón,… En fin, reivindicó la lidia como parte esencial de la fiesta y ésta como liturgia y ritual que no tiene nada que ver ni con el espectáculo, ni con el deporte, y muy lejanamente con el arte y la tradición. Reivindicó el toreo como vivencia plena que más allá de la estética, que la hubo en abundancia y de calidad, llega a los tendidos cuando conecta con lo más profundo del ser humano, con aquello que le liga a la naturaleza desde el misterio de la vida y la certeza de la muerte.

Años antes, César Rincón nos había emocionado al volver a citar desde lejos y conseguir templar las embestidas. Como después haría José Tomás al acercarse a sitios imposibles y desplazar la mano izquierda con una parsimonia inverosímil. O Curro, Aparicio, Castella, Morante, Finito, Cid, Ponce, Talavante,… Hemos visto torear mejor o, al menos, tan bien como aquella tarde. Pero nadie ha vuelto a demostrar la grandeza del toreo como lo hizo José hace ya más de diez años.

jueves, 15 de noviembre de 2007

¡Ese Curro...!

El País ha abierto hoy su hemeroteca en internet.

Magnífica oportunidad de recuperar los textos de Joaquín Vidal, uno de los mejores escritores de crítica taurina de los últimos años. Aunque sobre su parecer en materia de toros y toreros se discrepara a menudo.

En cuanto he tenido la ocasión he ido directamente a releer la crónica que publicó el 3 de octubre de 1992: ¡Ese Curro...! Fue la última oreja que el Faraón de Camas cortó en Madrid, a un toro colorao de Moura llamado Soneto. Y la crónica de Vidal una de las mejores que recuerdo.

Comienza así:

"Eso es torear. Tres minutos después de iniciada su faena al cuarto toro, Curro Romero ya había hecho todo el toreo. Tres minutos después de iniciada la faena, ya había dado más variedad de pases que cuantos se hayan podido ver en la temporada. Y eso, precisamente eso, es torear. La tarde entera, el año taurino íntegro, desde Valdemorillo a la feria presente, una década ya viendo cómo los toreros prologan sus faenas doblando por bajo a los toros -siempre igual, cada día la misma cantinela-, allá penas si son pregonaos o boyantes, tienen poder o quedaron moribundos, y allí estaba ese Curro impredecible y único haciéndose presente en el tercio para dictar una de las más importantes y más esclarecedoras lecciones que se hayan dado en la historia de la tauromaquia contemporánea. El primer muletazo al torito noble fue un estatuario, seguido de dos ayudados por alto cargando la suerte, un cambio de mano y, de ahí en adelante, ya todo sería un explosión de técnica y de inspiración torera en ese Curro incombustible, y en los abarrotados tendidos, el asombro y el clamor..."

Y después de otros siete párrafos memorables concluía: "Ese Curro, exclusivo e imperecedero, repite otra igual, y sube a los altares".

Allí estuvimos, aunque por entonces no sabíamos de internet ni de blogs. Casi mejor. No hubiéramos podido decir nada que no dejara dicho Curro en la plaza y Vidal en El País.

Un recuerdo desde este extraño otoño y con la esperanza de la vuelta de Morante. ¿Estaremos en Méjico para verlo?

(A solicitud de la concurrencia, el enlace. Espero que funcione. http://www.elpais.com/articulo/cultura/iEse/Curro/elpepicul/19921003elpepicul_10/Tes)

domingo, 4 de noviembre de 2007

Extrañeza

Cuando llegan las tarde de domingo, intranscendentes, sin un festival que llevarse a los ojos, uno revive la importancia de la fiesta.

Más allá de la estructura de la técnica (explicada con inusitada maestría por Ponce ayer cuando le hicieron académico en Córdoba), de la emoción (digamos que hablo de Tomás) o del arte (Morante, siempre),... la temporada es un noria que explica la vida.

Al igual que los años litúrgicos, y casi con la misma periodicidad, las temporadas explican el nacimiento, la dura lucha con la cotidianeidad y la pasión y muerte por un ideal. Sin embargo, a diferencia de los prestes, los matadores no quedan obligados a colores rituales. El verde no es de "tiempo ordinario" porque ha sido testigo de grandes faenas fuera de acontecimientos cotidianos. Y el añil se reivindica más allá de la festividad de la Inmaculada (tan poco taurina, por lo demás).

Hay ternos, como el negro y azabache, o el blanco y plata, que sólo tienen sentid0 en una plaza de toros...

Pero si los sacerdotes pueden reiterar el milagro de la transustanciación, no hay razón para que los matadores no reivindiquen en milagro de su continua exposición al martirio.

Un martirio ejemplar y ritual. Nada salvífico para la humanidad, pero impresindible para los devotos.

Vaya por ellos.

domingo, 28 de octubre de 2007

Clarín

El pasado domingo escuchamos atentamente el nuevo "Clarín" de Radio Nacional y a su flamante director: Adolfo Rodríguez.

No está mal. Es una suerte que cuente con una hora (curiosamente, el doble que ha tenido durante la temporada) y un acierto las diversas entrevistas. Resulta sospechoso, sin embargo, la insistencia en que el centro del programa lo va a constituir "el toro". ¿Vamos a volver a dividirnos entre toristas y toreristas? ¿Sólo se considerará a los toreros que maten los de Miura y Cebada Gago? Con el enorme respeto que tengo a El Fundi y la coincidencia en que ha hecho una buena temporada, ¿sólo van a destacarse por el nuevo presentador este tipo de torero o va a darse también información y se va a valorar como se merecen a las figuras? ¿Nada que decir de lo que han hecho este año El Juli, Ponce, José Tomás, Castella, Manzanares, Cayetano,...?

Se notaba un especial interés en que todo fuera novedoso, en que no quedara ni rastro de la época anterior. De Fernández Román nada se sabe. ¿Por qué le han "cesado"? Ya nos extrañó cuando en verano, un domingo, le sustituyó el ahora nuevo director. Las terribles invectivas cifradas que lanzó contra su predecesor sólo podían estar justificadas en una tremenda seguridad de que era él, y no el entonces titular del programa, quien contaba con el favor de los superiores. Precisamente por eso, muy feo el gesto.

El mundo del toro, incluso en lo informativo, es terriblemente cerrado. Imposible saber por qué se coloca a un torero y no a otro en una feria, por qué alguien entra en una sustitución, cómo se eligen las ganaderías, los criterios reales para conceder plazas de toros (no los de las baremaciones ajustadas para dárselas a quien se ha seleccionado previamente), los intereses cruzados entre toreros, apoderados, ganaderos, empresarios, periodistas, los dineros que se trajinan,...

Justo al contrario que lo que sucede en el mundo del deporte, donde uno sabe hasta las peores miserias de cada jugador.

Hasta que esto no cambie será difícil acercar de verdad a nuevos públicos a las plazas. Podrán ir un día (a ver a José Tomás, a echar una tarde en San Isidro o en la Feria de Sevilla, o como complemento a las vacaciones de verano en El Puerto o en Málaga). Pero no se harán aficionados. Porque no podrán seguir el invisible hilo que mueve la Fiesta. Porque nadie se lo explica.

jueves, 25 de octubre de 2007

Terminó La Gran Temporada

El cielo blanco de los humedales envía mechones de gris deshilachado a la Plaza vacía: disparos de humo y bruma, lentas nubes, aves migratorias que son, de pronto, lluvia. Lluvia que encharca los corrales viejos, lluvia que pudre la madera de los callejones, las despintadas tablas de los burladeros que la embestida del agua desarbola. ¿Dónde está el SOL? Aquí fue Troya, aquí Héctor y Aquiles sometieron al miedo y extendieron tapices de textura finísima para regocijo de las multitudes. Aquí, en este despedazado anfiteatro sobre la fábrica de cal y albero donde el verdín florece, la sangre floreció. El toro brutal de los minoicos es aquí, en la arena fangosa del otoño, algo más que una presencia inmanente: la cósmica certeza de otra primavera amenazante.

(Y con esta entrada hacen 100)



sábado, 20 de octubre de 2007

El Puerto de Santa María (12 de agosto de 2007) - La que faltaba

Faltaba reseñar la tarde de José Tomás en El Puerto. Tarde de expectación y tarde de buen toreo. Calor, mucho calor. Sobre todo para los que sólo van a los toros a la sombra, pero no les quedó más remedio que comprar entradas de sol, y aún así a precios desorbitados. Muchos, aficionados intermitentes a los toros de veraneo en Puerto Sherry y Sancti Petri. Otros, faranduleros, flamencos y bohemios de Barbate, Jerez y Zahara de los Atunes. La mayoría sólo para ver a José Tomás con la ferviente devoción de los conversos...

Lo más importante es que lo pasamos bien. Finitio no hizo nada en el cuarto, un toro que sacó algunas complicaciones y con el que el de Córdoba evitó cualquier riesgo macheteándolo con brevedad y fulminándolo de una bajonazo después de haberlo pinchado. En el primero, sin embargo, toreó muy bien, reposado y hondo, por bajo... Sólo con la derecha, eso sí, pero no por premeditación del espada, sino por la especial querencia del toro a embestir mejor por ese pitón. Lástima de espada, que le privó de algún trofeo, y del público en general, que estaba tratando de buscar al famoseo y no disfrutaron lo que merecía la ocasión.

José Tomás estuvo inmenso toda la tarde. Con momento de toreo mejor y otros en se jalearon hasta los enganchones. Pero más que los pases imperfectos, la gente apreciaba la rotundidad de la colocación, la quietud en el cite y la pureza en el embroque.

Al segundo de la tarde lo recibió a la verónica de forma magistral. Luego, hubo un momento de especial intensidad al ver la inmovilidad con la que ejecutó el quite con el capote a la espalda. El toro era bastante difícil, pero el de Galapagar estaba dispuesto a solemnizar la faena y lo hizo a base de colocación y aguante, finalizando con unas manoletinas excelsas y una media arriba. Le dieron una oreja. Hay quien dice que no la mereció, pero esa es una discusión que no me parece relevante. Es cierto que hubo enganchones, pero no se debieron en general a falta de técnica, sino al convencimiento del matador de que no había que rectificar la colocación pasara lo que pasara. Y con toro que se paran y no embisten por derecho quedándose quieto es imposible que no enganchen.

La faena al quinto tuvo aún mayor intensidad porque colaboró en mayor medida. Lo recibió bien de capa ganándole terreno y llevando poco a poco al toro al centro del ruedo (¡qué pocas veces hemos visto hacer eso este año...!). El quite por chicuelinas fue sencillamente sensacional; difícil darlas más ceñidas. Comenzó la faena de muleta con estatuarios en el centro del ruedo, toreando luego con la derecha de forma magistral, a base de toquecitos, temple y ligazón. También con la izquierda hubo series de toreo grandioso, templado, lento, de mano baja,... con uno natural de antología. Al final, variados pases de adorno cerca de tablas antes de entrar a matar. Faena vibrante, variada, profunda y estética que sólo estropeó al final con la espada.

El Cid también demostró su valentía, pundonor y buen concepto del toreo. Al tercero de la tarde lo recibió con buenas verónicas. Luego, la magnífica cuadrilla que lleva lo lidió de forma magistral y banderilleó de forma brillante. Con la muleta, el toro se colaba por la derecha y se dejaba algo más por el lado izquierdo. Por eso, fue al natural como mejor se expresó el de Salteras, en varias series de profundidad y cadencia, con algunos naturales inmensos. Por la derecha aguantó las coladas del toro, pero poco más pudo hacer. Faena muy valiente con un toro incierto, que cabeceaba y se colaba, y un matador poderoso y consciente. Después de un pinchazo y una entera recibió una oreja.

La faena al sexto fue algo menos lucida. Lo recibió bien con la capa e inició muy bien la faena la muleta, llevándose al toro al centro del ruedo desde el comienzo. Con la izquierda nuevamente demostró su buen concepto, pero sin acabar de romper. Poco a poco la faena fue perdiendo intensidad y aunque colocó una estocada hasta la bola a la primera, descabelló innumerables veces antes de acertar.

¡Qué buenos recuerdos de las tardes de agosto...! ¡Qué buen toreo hemos visto este año en El Puerto! ¡Cuánta gente ha ido por primera vez a los toros por ver a José Tomás! ¡Y cuántos han descubierto así la verdad de la fiesta y la cantidad de buenos toreros y diferentes conceptos de toreo que hay!

A mi, de momento, sólo me queda preguntar ¿cuándo es la siguiente?

Entretando comenzaremos en breve con las reflexiones sosegadas sobre la temporada.

domingo, 14 de octubre de 2007

Frágil memoria

Si no me equivoco (y algún número seguro que me baila) las cifras son estas: 51 festejos taurinos en 12+1 plazas (antes de final de año 14 si puedo ir a Vistalegre).

Madrid: 34
Sevilla: 1
Castellón: 2
Moralzarzal: 1
Trujillo: 1
Aranjuez: 1
Toledo: 1
Barcelona: 1
Algeciras: 2
Ávila: 1
El Puerto de Santa María: 3
Colmenar Viejo: 2
Nava de la Asunción: 1


Echo de menos Valencia, Cáceres y alguna tarde más en Sevilla. También Vistalegre, que debería tener una temporada alternativa de octubre a marzo.

Por aquello de la propiedad conmutativa, he visto con José María las mismas que él conmigo. Y a fe que ha sido una suerte. A ver si el próximo año pueden ser algunas más.

Pero esto no se acaba. Aún queda al menos una crónica pendiente, muchos recuerdos que glosar y un poco de sosiego que permite una reflexión más serena de esta Gran Temporada, que aún continúa...

¿Nos permitirá el cambio climático ver toros en plazas descubiertas todo el año? ¿Le habrán dado a Al Gore el Nobe de la Paz por eso?

PD: De parte de José María: "Si ahora es sábado santo en Sevilla, ¿torean mañana José Tomás y Morante?"

Y es que la Soledad de San Lorenzo está volviendo a su templo tras la salida extraordinaria a la Catedral para conmemorar el 450 aniversario de la fundación de la Cofradía. ¡Que lo disfrutes, hermano!

sábado, 13 de octubre de 2007

Estadística

Este año he hecho el Paseíllo en 43 ocasiones:

35 veces en Sevilla
3 en el Puerto de Santa María
3 en Écija
1 en Barcelona
1 en Espartinas

Me ha faltado Madrid, pero he compratido cartel con Lorenzo 5 tardes, que seguro que me supera en el escalafón. ¿Cuántas tardes has toreado?

6 Salvador Cortés 6

Ha terminado la temporada en Sevilla, como de costumbre, con un melancólico toque final de clarín en el último de los tercios del año, una luz de miel se posó en la Maestranza que, desganada, abrió la Puerta del Príncipe para que entrara el sol de poniente.

Hasta el año que viene, Señora. Las lluvias de otoño irán cubriendo tu cal deslumbrante de verdín y jaramago: en marzo te pintarán, como todos los años, para anunciar la Resurrección.

Salvador Cortés, que estuvo mal en Abril y en San Miguel, no ha llenado, ha habido menos de media plaza y de éstos, la mayoría eran amigos, un cartel así, fuera de abono habría de repensarse: se trata de un festejo en beneficio de la Cruz Roja, merece la pena llenar. Significativas eran las ausencias en sombra.

Ha salido por la Puerta del Príncipe, pero de las 4 orejas preceptivas en festejos de 6 toros, sólo las 2 del quinto han sido de ley, en las demás, como esto era hoy la Plaza de Mairena y de los turistas, se ha cumplido el reglamento, pero para esto los presidentes deberían hacerse mirar lo del quórum.

Los toros han sido los más terciados de la temporada, sólo uno superó los 500 Kg, y su pinta era la de novillos cómodos, que en general han dado muy buen juego y más que podrían haber dado porque salvo el cuarto, más reservado, todos embestían con nobleza y ninguno desarrolló peligro.

La variedad de Salvador Cortés estuvo sólo en los brindis, pues recorrió el ruedo: que si al público, que si al empresario, que si a ..., que si a la Duquesa de Alba. Fue en este, el de la Duquesa, donde salió el quinto bueno que se hacía esperar ¡qué importante es la motivación! Salvador Cortés se fue a puertagayola y allí lo sujetó muy bien con unos lances preciosos por verónicas y galleando luego por chicuelinas hasta dejar al toro, por dos veces, perfecto en la suerte. Se lidió muy bien un animal que se vio, de entrada excepcional. El propio Salvador Cortés lo banderilleó estupensamente y en el tercio de muerte lo fulminó de una soberbia estocada: todo esto hace la primera oreja, la segunda fue parte del toro que iba muy bien a la muleta, parte del torero sobre todo en el arranque en que despachó toda clase de cambiados y una buena tanda de derechazos, la faena tuvo continuidad, ligazón y timbre, pero le faltó chispa, aún así hubo algunos muletazos muy profundos.

Cortés consigue su objetivo, sigue vivo para la próxima temporada, pero... como cuando logró las cuatro orejas en Abril de 2006. Él, si no se engaña, sabe mejor que nadie la medida de sus posibilidades. Nos recuerda a Dávila Miura, que se cortó la coleta hoy hace justo un año. Toreros correctos, de escuela, con regularidad con el estoque. Toreros de factoría y un muy poquito más, por ser de por aquí y no de las Vistillas, cosas del aire de la tierra.

La banda generosa sonó en segundo y tercero, la oreja última fue un regalo por otra estocada para facilitar la salida principesca y la primera, tras pinchazo en una faena sin rematar sobre un toro igualmente vibrante.

Pero para matar 6 toros se precisa más variedad, en los toros, en la capa, en la lidia, en los detalles, lo mejor: lo rápido que los pasaportó. Una sola faena no redime este espectáculo: eso es potestad de Morante y del Cid con los victorinos (no nos referimos a Bilbao sino a sus 6 toros 6 del año pasado).

La faena de hoy tuvo que hacerla Cortés en Abril o San Miguel porque tuvo material para ello y el cartel de hoy, con él o sin él, tuvo que ser otro ¿no ven que se acaba la Gran Temporada?

Una pregunta de las de Lorenzo: ¿habrá Mesías el Domingo de Resurrección?

Otra pregunta: ¿llevó Cortés la bandera de España en la vuelta al ruedo de su quinto por hacer caso a Rajoy, por brindar a Cayetana o porque se ve en América de gira?

jueves, 11 de octubre de 2007

El Puerto de Santa María (5 de agosto de 2007) - Serio y profundo

Más de dos meses después, resulta imposible recordar el calor que pasamos en Sevilla ese fin de semana, lo que disfrutamos de los ocho o diez grados menos que hacía en El Puerto, la satisfacción del verano y la agradable tarde de toros que vivimos.

Comenzó la corrida con un detalle inoportuno: el aviso por megafonía de que en el festejo del día 12 las puertas de la plaza se abrirían dos horas antes. Casi todos los que estábamos allí sabíamos que el día 12 toreaba José Tomás (algunos, incluso, teníamos nuestra entrada), pero no hacía falta indicar a los que hacían el paseillo esa tarde que la expectación que ellos habían generado no era relevante, pero que una semana después había que tomar medidas extraordinarias para evitar problemas de orden público. La liturgia y el saber estar en los toros es predicable sobre todo para los que se visten de luces, pero no estaría de más que a los empresarios se les pegara algo.

Jesulín se despedía esa tarde de El Puerte y tuvo una actuación en su línea: muy técnica y templada, pero de poca hondura. Lo de Jesulín tiene mucho mérito a nivel humano y torero. Ha entendido muy bien a los toros, los ha conseguido torear de forma aseada, pero yo no le he visto casi nunca torear con profundidad. En esta ocasión, la faena a su primero estuvo basada en la mano derecha, sin llegar a cuajar ninguna serie de importancia artística y matándolo después de pinchazo, menos de media y ocho descabellos. Al cuarto lo recibió por verónicas y lo toreó con la muleta en una faena larga, de muchos pases, con técnica y ligazón, pero poco más. Mató al toro de un bajonazo y cortó una oreja.

El Juli demostró una vez más la magnífica temporada que lleva. Hoy ha cumplido su corrida de toros número miel. Hace un par de meses llevaría veinte o treinta menos. En todo caso, se le ha notado con un aplomo, una seriedad y una hondura impresionantes. A su primero lo recibió por verónica, con un par de ellas magníficas, lo llevó en una galleo garboso al caballo y quitó por chicuelinas ceñidas, rematadas con gaonera y revolera. En la muleta el toro ha desarrollado muchas complicaciones, dando tornillazos y tratándose de ir a tablas, pero El Juli ha hecho una faena muy seria y técnica a pesar de ser imposible el lucimiento y ha matado de una gran estocada.

En el quinto ha cortado dos orejas después de una faena magistral. El comienzo de la faena de muleta ha sido muy torero y ha llevado después al toro por ambas manos con un toreo profundo de pases eternos y ligados. Un toreo muy poderoso que ha acabado con un arrimón aguantándole todo al toro, pasándose los pitones rozando el cuerpo. Ha rematado de una magnífica estocada hasta la bola y la recompensa no ha tenido discusión alguna.

Manzanares ha demostrado, sobre todo en su primero, su inmejorable concepto del toreo. Después de un buen toreo de capa, con la muleta ha tenido un comienzo de faena con pases sueltos de muchísmo gusto, pero sin redondear las series. Más tarde ha ligado tandas con la derecha sublimes de hondura, ligazón y temple. En una de ellas, el cambio de mano ligado con el de pecho ha fulminado cualquier atisbo de crítica. La personalidad y el arte son algo así.

El sexto ha sido un toro muy complicado y peligroso al que ha macheteado y despachado de forma rápida.

Pero pensando de nuevo en la faena al tercero, y con lo que ahora sabemos, ¿cómo se puede torear así teniendo el dengue?

domingo, 7 de octubre de 2007

Madrid (7 de octubre de 2007) - Prefiero el torerismo

Si ser torista es que te gusten los toros que han salido hoy en Madrid que no cuenten conmigo. O que te gusten los que han salido en Las Ventas este año de Victorino (2 tardes), Adolfo Martín(2 también con la de hoy), Cebada Gago, Dolores Aguirre y compañeros mátires.

Algunos toros de hoy han tenido peligro porque se colaban, pero casta o nobleza tenían más bien justita. De bravura más de lo mismo. Y fuerza han tenido la imprescindible para caerse sólo dos o tres veces durante la lidia (si no llegan a ser de esta ganadería las protestas hubieran sido bastante estruendosas). Por no ver no hemos visto ni tercios de varas en condiciones.

El que suscribe prefiere toros más a modo para que los toreros templen, se gusten y toreen por bajo. Como Juan Bautista ayer, como Uceda Leal el domingo pasado, o como Morante, Juli, Ponce, Castella,... en las muchas buenas faenas que afortunadamente hemos visto este año en Madrid. Ninguna con un toro de esos afamados hierros...

Los toreros de hoy han demostrado una tremenda afición, muchas ganas y una irreductible valentía.

El Fundi con el primero, sin fuerza, sólo ha podido intentarlo con la izquierda y matarlo de una buena estocada. En el cuarto, un toro peligroso que se colaba por ambos pitones, ha conseguido hacerlo pasar en varias series que no han permanecido mucho tiempo en la memoria. Con la espada no ha estado fino, pero el toro tampoco se merecía un derroche de pundonor en la suerte suprema.

Rafaelillo que ha sido recibido con una gran ovación iniciada por el tendido siete ha demostrado su capacidad gladiadora en el segundo, que le ha volteado varias veces de forma muy fea aunque afortunadamente sin mayores consecuencias. El toro se ha colado, sobre todo por el pitón izquierdo, desde que lo ha recibido de capa. Aún así, ha tratado de torearlo de forma convencional exponiéndose a lo que le ha pasado y a mayores sucesos que afortunadamente no han ocurrido. Lo siento, pero apreciando el valor y reconociendo la necesidad de éste para ser figura del toreo, no creo que sea imprescindible ponerse en según qué sitios delante de según qué toros. Y para mí Rafaelillo ha traspasado hoy la línea de lo razonable. Por lo demás, se le ve especialmente hermanado con el siete, a quien agradece ostensiblemente sus aplausos y de quien recaba autorización para saludar e iniciar o no la vuelta al ruedo. Él verá.

Con el quinto, un toro aplaudido de salida por su presencia pero que acabó demostrando una notable falta de fuerza, consiguió algunos pases de cierta clase al natural. Por la derecha era imposible hacerle embestir y la faena quedó en una nueva constatación de la voluntad del murciano y la imposibilidad de que demostrara alguna otra virtud de su toreo ante el empecinado comportamiento de su oponente.

López Chaves, por su parte, sorteó dos toros menos peligrosos pero tremendamente insulsos. Algunos pases con la derecha en el tercero y un par de verónicas en el sexto son lo único reseñable de su actuación. Dio más pases en ambos, pero la transmisión era imposible.

Y digo yo, ¿son los que reclaman estos toros los que protestan por los que salen en las plazas de segunda? Como la variedad de encastes tenga que venir por ejemplares como estos vamos listos.

sábado, 6 de octubre de 2007

Madrid (6 de octubre de 2007) - Torero artista

Decíamos hace una semana que años atrás la Feria de Otoño rescataba del olvido a toreros artistas. Hoy ha vuelto a hacerlo. Juan Bautista se ha roto con el quinto de la tarde, toreándole de verdad con pases de mano baja, temple y gusto. Acompañando con la cintura el viaje y llevando al toro más allá de donde éste quería.

No es verdad (dicho sea con el debido respeto a los expertos) que el toro fuera excelente. El toro huía de los engaños y acabó en tablas porque el torero le pudo. De hecho, la faena no fue muy larga porque el toro no se crecía ni permitía más series ni de más muletazos.

En todo caso, el toro embestía con nobleza y humillando, y eso fue suficiente para que el francés reivindicara el pellizco que pueden sentir los nacidos mucho más al norte de la tierra de María Santísima.

Comenzó la faena de muleta citando de lejos, casi desde el centro del ruedo, y lo embarcó muy bien en varias series con la derecha, bajando cada vez más la mano y consiguiendo que el toro no se fuera a las tablas. Con la izquierda, hubo dos series excepcionales. Toreo hondo, lento y profundo.

Cuando el toro tuvo al fin una escapatoria se fue a las tablas del uno. Y allí, bernardinas ajustadas y otro recital de toreo con la izquierda.

Tras la estocada recibiendo, las dos orejas fueron el reconocimiento de un toreo distinto. De gusto y de pellizco. Más allá de la testosterona y los arrestos (necesarios también), la grandeza del toreo está en el arte. Y algunos están tocados de forma providencial: los Curros, Aparicio, Paula, Luguillano, Morante, Manzanares,... Y Juan Bautista. Con más oportunidades y un par de inviernos entre América (para la técnica) y Andalucía (para el cante jondo) puede congregar a una legión de seguidores que peregrinen para verle dibujar pases imborrables.

De su primero (el segundo de la tarde) nada que decir. Toro manso, que no pasaba y toreo insustancial. Digamos, a toro pasado, que se estaba reservando.

Abellán cortó una oreja en su primero. Un toro, este sí, de auténtico lujo. Aunque no peleó bien en el caballo, en la muleta se venía de lejos . Y Abellán, honesto, lo lució, citándole desde el centro del ruedo. Nunca le obligó y la tuvo que rectificar la colocación varias veces. Hubo pases de calidad con ambas manos (en especial algunos al natural) y, sobre todo, mucha transmisión: por la calidad del toro y por la distancia que siempre le dio el torero. Pero también quedó la sensación de que el toro merecía una faena más compacta y más ordenada. Algo más de claridad en las ideas. Lo mató de una estocada hasta la bola y recibió una oreja. En este toro, con el capote, vimos quites de Abellán y Bautista por chicuelinas, repetición que se antojaba un poco ridícula ¿no sabe nadie ya torear a la verónica? Y lo banderilleó magistralmente José Manuel Montoliú, que se desmonteró con la oportuna autorización del maestro tras una atronadora ovación.

También en el otro toro de Abellán se demonteró el banderillero (el Chano) después de dos pares de brillante ejecución. Pero fue lo único destacado de ese toro, complicado y brusco, con el que Abellán lo intentó, pero al que no pudo sacar nada medianamente aseado. Con el estoque tampoco estuvo muy fino. Pero mejor marrar en este que en el primero, que fue lo que le pasó a Perera.

Miguel Ángel, con el tercero, un toro con complicaciones, estuvo brillante. Demostró técnica e inteligencia. Su buen momento, en definitiva. Lo llevó muy tapado por la derecha, aguantándole mucho y toreando muy bien. Con la izquierda le saca series que parecen imposibles. Toreo templado y de aguante. Pero al final, la estocada muy trasera y en los bajos hizo que la petición fuera escasa. Aún así, tuvo que salir a saludar dos veces, después de que algunos le recriminaran su intención de dar la vuelta al ruedo.

En el sexto (remiendo de Martelilla con nobleza, pero poca casta y escasísima fuerza), después de un buen saludo a la verónica y un tercio de varas muy medido aunque muy bien ejecutado, Perera hizo una faena aseada pero sin transmisión. Series cortas, mucho aire entre tanda y tanda, temple en los pases y arrimón al final de la larga faena, que concluyó con bernardinas muy ceñidas en el centro del ruedo y una estocada hasta la bola ligeramente desprendida. Con esa estocada en su primero hubiera recibido la oreja. Pero a veces la suerte se tuerce. Y eso es lo que le pasó al extremeño.

En todo caso, entretenidísima tarde de toros en Las Ventas. Nada que ver, José María, con aquellas de los años noventa que apagaron tu afición. Comentábamos hoy unos amigos que lo que tiene mérito es haber resistido a aquellos años.

En fin, ¿qué les darán a los toros que ya no se caen?

viernes, 5 de octubre de 2007

30 de Septiembre CURRO DÍAZ o el TOREO PERFECTO

Los toros de Alcurrucén llegaron al final de la temporada astifinísimos y muy bien presentados, tan alta cuerna, salvo en el caso de Perera daba complicaciones a la hora de estoquear, o sea que la cosa en lo de matar se hizo muy larga ¡qué pena!

No vemos preparado a Salvador Cortés para matar 6 toros 6 el 12 de Octubre: debía calentar motores, lanzarse a matar como un cachorro, entrar a quites... no se ha recuperado del cornalón en la tripa y nos da pena -cosas de esta tan gran temporada- que se lo juego todo a Cara o Cruz (y no es por se gafe, pero o se está en estado de gracia o casi siempre es Cruz) en una sola tarde. Lo vimos cortar 4 orejas hace 2 ferias, tuvo la mala buena suerte que a veces se cruza en la vida, dos faenas regulares, con grandiosas estocadas y allí estaba la Puerta del Príncipe que ahora se va cerrando. Esta profesión es muy dura.

No nos interesa Perera: tauromaquia de ahogamiento, asfixiante o, según el día, escaso temple y derechazos sin ligazón, se arrima y corta las orejas del miedo, como un JT pero sin un ápice de belleza artística, o sea como Ojeda pero en más feo todavía. ¡Y triunfa!

Mejor: cuanto más larga la variedad, más largo el toreo.

Curro Díaz, lo vimos en Abril delante de alimañas, y fue lo suyo de valor extremo, el animal no dejaba más, abrió la Puerta Grande de Madrid y le valió de poco, pero lo poco suficiente para sustituir a Manzanares: Curro Díaz -33 años- HA ENTRADO EN SEVILLA.

Lástima que pinchara si no hablarían mucho más de él, el primero era un toro quieto -está condición de toros boyantes durante la lidia pero reservados en el último tercio fue común a toda la corrida- decimos que en el primero a cada pase dibujó un cartel, estático, como en flases, parecía que disparase el obturador y el toro a camára lenta hiciera lo poco suyo de una embestida desganada a la que el jienense enmarcaba en belleza, pero lo del segundo fue lo bueno.

No más de 15 pases perfectos, de una torería clásica y artística, verdaderos carteles de toros, el toreo de Ordóñez cruzado con el de Curro Romero, nos recordó a Curro Vázquez ¿será por Linares? Dio un trincherazo tan perfecto y armonioso, tan súbito y torero, que no se olvidará nunca. Le ha costado, pero ya está ahí: el mejor descubrimiento de la temporada, suma y sigue.

Mientras toreó, además, sonó Suspiros de España y se produjo un momento lento de mágica presencia en la que la plasticidad triple plaza, toreo, música alcanzó la perfección.

Es otoño en Sevilla.

San Miguel 29 de Septiembre ESTA NO ES LA MAESTRANZA

Salí de la Plaza desolado: desequilibrada en sus apreciaciones estéticas, vulgarmente triunfalista, irrespetuosa, parecía la grada del seis en Madrid... y basta.

Se lidiaron toros de Parladé que dieron juego variado y que exigían más de lo que se les dio.

Cortaron oreja, ese desperdicio, el Cid y Salvador Vega, pero lo peor es que la Plaza le cortó el retorno a Julio Aparicio, diestro nacido en Sevilla, de una manera tan poco acorde con el tan traído silencio sevillano que le damos la razón a Fernando Cepeda: aquí hay unos pocos que se callan porque saben y otros porque son "gilipollas". Estos "gilipollas" no han interiorizado el sentimiento de profundo respeto cuando un hombre se está jugando la vida y chillan y gritan lo que no hacen en su casa, gritan como en plaza de pueblo, como lo ven en la TV.

Si al tomismo lo acompaña una legión de iluminados, la idea de contraponer la enjuta figura del Cid, la mitológica composición de un "torero honrado", un jornalero de la lidia, es equivocada, pues siendo el Cid un torero con un conocimiento creciente de los toros y una capacidad contrastada para enfrentarse a alimañas briosas, carece -y no nos cansaremos de decirlo- de una tauromaquia propia, y los pases le salen -lo hemos dicho- atropellados, desmañados.

Torea muy bien al natural, corre muy bien la mano, etc. virtudes tan naturales que no hacen sino refrendar que en una época de carencias el Cid se ha forjado un puesto en el escalafón a base de trabajo, pero no de duende o genio, como dice un buen amigo mío "es el que menos me aburre".

Lo peor: arrastra una legión de seguidores tribales y orejeros, una turbamulta de indocumentados que quieren ver triunfar a su hombre del campo del Aljarafe, y así andaba la Plaza el otro día: pitando brutalmente a Julio Aparicio en el tercer descabello y aplaudiendo a su Cid, todo a favor, en el cuarto descabello del primero de su lote.

Porque ¿qué necesidad había de contraponer al Cid con un torero que ha vuelto -como Ramón Vázquez en el cuento de Quiñones de la Gran Temporada- pobre y sin furgoneta?

¿Querían poner a los desaparecidos Morante y Castella donde Aparicio estaba?

¿ A José Tomás?

Habrá mil Cides, pero sólo (¿2 o 3?) serán capaces de hacer esto

http://www.youtube.com/watch?v=MtEU-TVbHX0

y si el torero que hizo esto

http://www.youtube.com/watch?v=MtEU-TVbHX0

está en la Plaza, la Maestranza debe guardar un respeto o pitar si quiere al final de la faena, pero no como se hizo en el segundo toro mientras tenía los pitones en el cuello todavía.

Yo he visto muy bien a Aparicio en Écija este año y si es cierto que masacró a sus toros en varas no es menos cierto que los mejores muletazos de la tarde se los dio él, pocos, al primero.


Y luego la fiesta, la oreja de Salvador Vega (orejas al valor para un torero de arte fuera de cacho) y la oreja para el Cid ante un toro fastuoso que hacia el vuelo rasante sobre la muleta y al que el Cid no domeñó no templó, le pasa mucho: aparenta el temple, pero no lo logra, hay toros que lo descubren, hay vitorinos que por su embestida, parece que embarca y no. Eso sí: toreo muy bien de capa.

Al día siguiente, con menos Aljarafe en los tendidos, ya hubo más Maestranza.

Puede parecer duro: pero al templo se viene con el catecismo estudiado.

Y nunca olvidemos esto:

http://www.youtube.com/watch?v=MtEU-TVbHX0

y que uno hay, y de Camas, que masacró más y toreó mejor, y que nunca fue pitado -¿cómo iba serlo?- delante de la cara de un toro.

Nos salvó el duende de la banda que cantó gloriosamente un par precioso del Alcalareño, como nunca en banderillas.

domingo, 30 de septiembre de 2007

Madrid (30 de septiembre de 2007) - Retazos de buen toreo


La feria de otoño es una feria rara.

Desde que dejaron de hacerse carteles de toreros artistas como Curro Romero, Curro Vázquez, Paula, Luguillano, Pepín Vázquez y otros de similares escuelas, es un breve serial de dos fines de semana con toreros que están en un puesto intermedio del escalafón y que intentan por todos los medios dar una llamada de atención para quedar bien colocados de cara a la contratación en las primeras ferias de la siguiente temporada.

Afortunadamente, se está cuidando algo más el ganado y hoy los diestros han toreado una buena corrida de Núñez del Cuvillo, una de las ganaderías que mejores toros ha echado esta temporada. Y por extraño que parezca los toros han sido bastante parecidos a los que han salido en otras plazas (algo más aparatosos de cuerna, tal vez, pero de similares hechuras, peso y comportamiento).

Lo que sucede, es que a algunos toreros en Madrid les puede el miedo escénico. Y están más preocupados por ver dónde se ponen que por tratar de torear como lo sientan. Y también que en Madrid no sirve cualquier tipo de toreo y hay que tener la cabeza despejada para saber que según qué estrategias no son convenientes en esta plaza. Aunque sea septiembre y aunque sea domingo.

Uceda en su primero ha estado bastante desdibujado. Y no sabemos por qué. La lidia no ha sido buena y en la faena de muleta ha habido muchos enganchones, cambios de colocación, rectificaciones,... Y un natural extraordinario, eso sí. Es como si el torero estuviera sin sitio o si por algún motivo no le hubiera cogido el sitio al toro. Lo ha matado de una buena estocada aunque el toro ha tardado algo de tiempo en morir, se ha resistido (yéndose a toriles) y ha dejado a su paso un reguero de sangre.

Lo del cuarto ha sido otra cosa. Sin mucho que destacar de los primeros tercios, el comienzo de faena para llevar el toro más allá del tercio ha sido magistral, con variados pases por bajo y desmayados. Luego ha toreado muy bien con ambas manos, con profundidad, temple y una gran hondura. No ha habido ninguna serie redonda, ni una estructura de faena definida, pero en cada tanda ha habido pases muy buenos. Y en conjunto ha tenido muchísimo sabor. Además de intercalar algunos naturales eternos, derechazos con la mano arrastrada y pases de pecho de libro. Ha matado muy bien y ha recibido una merecida oreja.

César Jiménez no ha tenido su tarde. O, mejor dicho, no ha conseguido transmitir a los tendidos su decisión en ninguno de los dos trasteos. La gente le ha recriminado su colocación y tipo de toreo (lo mismo de siempre: fuera de cacho y pico), pero él tampoco ha puesto mucho de parte para demostrar que en esto del toreo no hay reglas inmutables y que con ganas y decisión se puede hacer una gran faena desde muchos sitios y con variados tipos de toreo si hay personalidad y ganas.

Tejela, por su parte, sigue apuntando pero sin acabar de concretar. Por una razón o por otra siempre se queda en un "casi" triunfo. En su primero, al que han dado una lidia infernal en los primeros tercios con cientos de capotazos inútiles, ha estado casi a punto de cortar una oreja por un trasteo con momentos muy buenos y pases de mucho mérito y belleza, pero la estocada caida y la sensación de que al toro se le podía haber sacado más ha dejado el asunto en un saludo desde el tercio. En el último, el toro más tardo de la corrida, con una gran nobleza pero al que le costaba mucho repetir (¿tal vez porque le han castigado excesivamente en varas?) ha dejado algunos pases magníficos, pero sin poder rematar una faena de enjundia por la falta de condiciones del animal.

En fin, una tarde con detalles interesantes y con menos frío del esperado. El fin de semana que viene, más.

Y entretanto, ¿darán algún festejo este invierno en Vistalegre?

viernes, 28 de septiembre de 2007

TVE

Resulta incomprensible que en la página web de la programación de Televisión Española no aprezca ni una sola referencia a Tendido Cero, ni a cualquier otro programa de difusión taurina.

Como esto no puede ser inocente comprobamos que sí está enlazado el programa Pueblo de Dios y la Misa Dominical, en fin, no hay fantasmas revolucionarios, pero la cosa va en serio con los toros.

Y resulta doblemente vergonzoso porque, sin embargo, programas como Informe Semanal sí se hicieron eco de la salida por la Puerta del Príncipe de Alejandro Telavante o del advenimiento de José Tomás, lo cual quiere decir que el interés de TVE por los toros no es más que mediático, de audencia y circo si cabe.

En una temporada como la que estamos acabando no ha habido ni una sola retransmisión taurina, bajo la excusa de que las corridas se realizan en horario infantil (pero Tendido Cero se emite los sábados después del Conciertazo -el mejor progrma infantil- y un concurso de palabras que presenta una interina de “Aquí hay Tomate”).

Si los videos en “you tube” de JT llevan más de 300.000 visitas este año, si las autonómicas programan en muchos casos “festejos menores” ¿no habría que recuperar las retransmisiones de las Plazas de Primera en la Primera?

Una Televisión Pública debe prestar un servicio público: ciencia, libros, política, información, debate, divulgación, buenas películas, deportes (pocos) y toros –que no sean sólo de exclusivo pago, como pasó con la ley del fútbol-, porque, lo repetiremos con Federico García Lorca: “los toros son la fiesta más culta del mundo”.

TVE le da la espalda a una realidad profesional, cultural y social de primer orden y además llena los sábados y domingos de motocicletas de todas las ganaderías.

Alfa y Omega

El origen de la temporada (29 de Septiembre San Miguel)

MORANTE
EL CID
CASTELLA

El final de la temporada

JULIO APARICIO
EL CID
SALVADOR VEGA

Lo que no cambia, los toros, de Parladé (pero aún falta el reconocimiento)

22 de Septiembre (Novillada en Sevilla)

La Banda del Maestro Tejera sonaba con un empaque añadido (¡y ya es añadir!) durante el festejo, ¿se han incorporado más músicos tras las vacaciones o era que, por fin, la Plaza tenía una entrada abundante y el público maestrante complementa la sonoridad, la acústica de los tendidos? Si fuera así ¡qué bonito sería! Tenemos dicho que el pasodoble es equivalente al vals vienés. Cuando Wagner acudió a Viena en sus años de formación como a la Atenas musical que era, maldecía que, en lugar de Beethoven o Schubert, por todos las tabernas, los jardines, los kioskos, sonaran los pegadizos valses de Strauss, música popular –que lo es-, música débil, depauperada. Hoy cada Concierto de Año nuevo el mundo sintoniza la Filarmónica de Viena, pero, en lo suyo, bien interpretado, el pasodoble es lo mismo mejor. ¡Vale la pena acudir a la Maestranza como quien va a un concierto! Hay un festejo asegurado.

La novillada del domingo fue un éxito en los tendidos (casi 3/4) y el planteamiento no pudo ser mejor: tres pueblos de la provincia con solera taurina -Los Palacios, Camas y Écija- y tres tauromaquias con la magia del duende: Pepe Moral, Oliva Soto, Miguel Ángel Delgado (trajo 11 autobuses de Écija). Los tres primeros novillos de Peralta dieron juego y luego la tarde se puso cuesta arriba,

A Pepe Moral se le ve con mucho oficio y es de agradecer que el éxito de Madrid le haya valido, para placearlo y ponerlo en su sitio, pero los toros no le ayudaron aunque con el primero saco pases estimables (sonó la banda) y le recetó la estocada de la tarde. Oliva Soto toreó con duende al primero de su lote, con algunos cambios de manos bellísimos y corriendo la mano dulcemente: dio una vuelta al ruedo. Del segundo apenas recordamos nada. En cuanto a Miguel Ángel Delgado dio los mejores lances de la tarde, toreando a la verónica a su primero, y cuajó una faena muy completa, el toro era bravo y acometía el engaño, no importaba, aunque le tocara la muleta supo domeñar la embestida (esto de que el engaño sea enganchado y aún así el trazo del pase salga limpio es una incorporación a la tauromaquia del tomismo). A pesar de un primer pinchazo se pidió la oreja y había run-run de que en el segundo pudiera redondear la tarde, pero el segundo acto de la corrida se hizo muy cuesta arriba.

Los novillos, de Peralta, bien presentados y muy buenos los 3 primeros, mansos los 3 segundos, (segundas partes...).

Los novilleros, por fin, en novilleros, entraron en los quites (lo mejor de la tarde fue la capa) sin arrebatos a puertagoyaola o faroles, sino con un sentido clásico y medido de la lidia. En resumen: lo mejor de la temporada novilleril sevillana, con Antonio Nazaré y Agustín de Espartinas.

Miguel Ángel Delgado tendrá una buena temporada como novillero el 2008, a Pepe Moral le recomendamos ya alternativar y el día en el que Oliva Soto cuaje un toro se va a despertar hasta la estatua de Curro.

Mañana empieza la feria de San Miguel y presiento el triunfo –otra vez- de Julio Aparicio, la media verónica que vaya cerrando la temporada, la liebre que salta cuando más se la espera.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Nava de la Asunción (22 de Septiembre de 2007) - Tienes ya veinte años...



No, José María, al final uno se queda en Madrid, como en la canción del Sabina traidor (grandeza la de Serrat que defendía la integridad de acompañar a un amigo y boutade la de Sabina de declararse sólo josetomasista).

Porque ayer Joselito reapareció fugazmente, veinte años después, junto a El Fundi y El Bote, en un festival que celebraba el aniversario de la alternativa que les dio aquel primer genio de la Escuela de Madrid.


Y había que estar allí. En la Nava de la Asunción. En una magnífica tarde de amistad, conversación y toros.

Después de despejar la plaza con un seiscientos y las reinas de las fiestas, aparecieron los tres maestros dispuestos a hacernos disfrutar de una hermosa tarde de toros y nostalgia. Joselito y Bote desmonterados y El Fundi, con el sombrero calado, demostrando que ha oficiado en todo tipo de plazas.

Cuando entramos en faena, Joselito resumió en un par de toros lo mejor de su tauromaquia. En su primero, verónicas abrochadas con una media de cartel, galleo por chicuelinas templando y mandando, quite por delantales,... Con la muleta, toreo por bajo y trincherazos insuperables, derechazos, naturales, derechazos sin ayuda del estoque y unas manoletinas con gusto y sensaciones de antaño. Con la espada no pudo dar el ejemplo de otras veces y pinchó dos veces antes de dejar una estocada en todo lo alto.

En el cuarto (otra vez el cuarto) volvieron las fregolinas. Y con la muleta, aunque el trasteó fue de más a menos, dejó algunos derechazos de auténtico saber y plena profundidad. No está para volver, pero sigue manteniendo esa prestancia torera que le hace único. Él, casi en exclusiva, mantuvo el misterio del toreo en unos años especialmente oscuros. Y lo hizo por dignidad y convencimiento. Como ayer.

El Fundi se nota que aún está en activo. Y que, por tanto, mantiene los reflejos más despiertos. En el segundo hubo algunos detalles de interés como las banderillas de los pares primero y tercero y la técnica que demostró. En el quinto, el mejor toro de la tarde, tuvo pasajes de mucha intensidad aunque tenemos la sensación de que lo ahogó un poco.

Y, por último, El Bote. Que hizo un aténtico esfuerzo para torear. Se le nota que no está en forma y que la quietud, como la de Paula, es casi siempre por la imposibilidad de salir corriendo. Aún así dejó retazos de toreo profundo, con empaque y arte. En el sexto, la media en los lances de recibo fue sublime y consiguió también con la muleta momentos de intensidad.

Hoy, para desquitarme, me he recreado con unas gambas cocidas, unos mejillones al vapor y un salmonete de roca con ajitos mientras recordaba el saludo de san Gonzalo al Baratillo. Y luego, he degustado con placer "Un lugar en el mundo" mezclando los inciensos de la Esperanza de Triana y El Cristo de Burgos. Junto con pasajes de la de Victorino en Madrid (la corrida del siglo).

No estaremos en Barcelona, pero ¿seguro que no nos lo perdonan...?

Los toros del Puerto (4 de Septiembre)

Recuperamos la costumbre de buscar a los toreros a la salida del Hotel, donde el bar, por barnizado, pudiera parecer de los años 20, con su brandy, su anisete, su impoluto camarero de pajarita antigüa y modales de galgo corredor . Por el sol, por la penumbra, por el blanco de las calles y el calor de la hora, no sabríamos si iba a torear Joselito o Ponce. Además Lorenzo es muy viejo (quiero decir muy sabio) así que pudiera ser. Allí, en el vestíbulo del Hotel, vimos niños de pecho admirados del traje de torear de los banderilleros como el hijo de Héctor se admiraba y lloraba al ver a su padre ponerse la máscara de guerra en la Ilíada.

Enrique Ponce dio una lección de lidia al primer manso que calamocheaba y al que aguantó hasta desengañarlo y enseñarle a embestir, sacando pases muy bellos. En su segundo tuvimos al Ponce de los ayudados por bajo y los adornos, como complemento del que llaman toreo fundamental (yo no sé lo que es eso), el toreo que algunos llaman "perfilero" y que a mí me parece preciosista y el aporte esencial a la tauromaquia de temple a media altura que inventó Espartaco. Así y con un sentido de la profesionalidad intachable, triunfa todas las tardes. Ha matado más de 4.000 toros, creo que los animales ya han oído hablar de él y se lo rifan en el sorteo: "como te toque Enrique pórtate bien que lo mismo te indultan". Suerte maestro, en la paternidad en ciernes y en la convalecencia.

Conde hizo lo suyo: bronca en el segundo y detalles pintureros en el primero. Mejor le hubiera ido cambiando el orden en el sorteo. Lástima que se desconfíe tan pronto. Yo creo mucho en este torero, lo he visto en Madrid triunfar de novillero muy fuerte y cuando el toro transmite y tiene raza esos desmayos suyos, esos raptos, ese compás abierto al extremo de parecer ciertamente un compás, esos andares de puntilla aflamencados, arrancan quejíos del aire. Lamentablemente le puede el miedo y cuando lo hace, sabe a ridículo o se lo afean, por el toro mayormente y por la plaza (Marbella, etc.). Esta tarde tuvo algunos de esos detalles. Dio un pase de pecho a pies juntos, atornillado, de una cadencia preciosa. Todavía me acuerdo. Fue uno ¿para qué más? Es Conde.


Castella lucía el terno que yo llamo Napoleón y oro, por lo azul, como en los retratos de J.L. David. Este torero es un mariscal, por lo adusto, claro que también tiene ascendencia polaca, por lo que lo mismo es un húsar o un cosaco o un jinete de la caballería del ducado de Varsovia, desde luego es un militar en la plaza de estirpe antigua, con un sentido del honor inusitado y un valor "a prueba de bombas". En el primer toro estuvo y valió, porque el toro no valía, lo avisaba y se le despachó con la debida eficiencia. En su segundo, hizo lo suyo del pase cambiado, de frente por detrás, lo que algunos llaman "pedresinas" que impacta y angustia. En la Plaza del Puerto el toro al llegar a la muleta lleva recorridos 25 mts, con 500 kilos de carne y cuerno y a unos 40 Km por/hora, calculen la cantidad de movimiento que desarrolla el animal, y va y obedece todavía a Castella haciendo un "cambio de sentido" como para multar al animal. A partir de ahí el toro repitió bien y bien lo toreó Castella que tiene un estilo a veces anulado por el encimismo de mucho empaque y belleza estaturia, la estocada fue hasta la empuñaura y salió prendido con el toro ya en el suelo. Se desquitaba Castella de la mala suerte con al espada que, junto con la anemia, los apoderados y cierta soberbia que debe modelar (¡venid a ver como muere un mariscal de Francia!) para estar en la primerísima línea de batalla, lo han apartado hasta la próxima temporada donde necesita, para sí, una Puerta del Príncipe o de Mariscal.

Y así pasó la tarde del 4 de Agosto, ¡tan lejana ya!

Mañana -hoy- cierra la temporada JT en BCN ¿has conseguido billetes, Lorenzo?

domingo, 16 de septiembre de 2007

El Puerto de Santa María (4 de agosto de 2007)

Como cada año, en agosto, hay que acercarse por El Puerto a ver toros.

Lástima que este año uno no acudiera como parte de unos tranquilos días de sol, sardinas, coquinas y gambas. Aunque las excursiones desde Sevilla también tuvieron su encanto. Y poder ver toros con José María siempre es un placer. Vaya lo uno por lo otro.

En la primera de las tres tardes que fuimos, Ponce demostró una vez más su maestría, Castella su pundonor y toreo aguerrido y Conde no tuvo su tarde, aunque dejó algunos apuntes de su particular genialidad.

Poco más de un mes después, que es cuando escribo esto, Ponce ha tenido que cortar la temporada por una lesión de ligamentos y Castella por una ferropenia. Además, Manzanares tiene que curarse del dengue, Morante recapacita si volvernos a brindar su arte, a Liria le han hecho un tremendo destrozo un toro en Murcia,... No sé si como dicen algunos, la culpa de todo la tiene José Tomás, pero la temporada está teniendo su "guasa".

A lo que íbamos. En su primero, a un toro manso, difícil, que no humillaba ni seguía los engaños, Ponce le hizo una faena de mando y poder. A base de sitio y de una técnica impecable le fue haciendo embestir, consiguiendo al final pasajes bellísimos, sobre todo con la izquierda. En el quinto, un toro más a modo, Ponce hizo una de sus clásicas faenas, con esa estética tan personal y con un temple y una aparente facilidad apabullantes.

Conde toreó bien con la capa al segundo, lo dejó en el caballo con un recorte agitanado, pero la faena de muleta fue muy irregular, con algunas fases geniales y otras de menos confianza. Creo que a Conde hay que verle varias veces al año. Su particular forma de concebir el toreo te hace recrearte con algo mucho más artístico que trágico. Pero su escasa convicción y falta de técnica en ocasiones puede llegar a enervarte. Fue lo que pasó en el quinto, un toro más complicado con el que nunca se confió y tras cuya lidia (por decirlo de algún modo) fue despedido con una sonora bronca.

A Castella el tercero se lo llevó por delante con la capa por soltarla cuando la anganchó. Particular concepción esta del orgullo torero que consiste en no soltar los engaños, así te cueste la vida. Este toro fue luego un auténtico "regalito" con el que Sebatien demostró una gran madurez, un gran sitio y un toreo muy serio. Aunque era imposible hacer nada vistoso. Con el sexto fue otro cantar. Después de un excepcional tercio de banderilla de la cuadrilla que la plaza entera ovacionó en pie, Castella se fue al centro del ruedo, citó al toro y le dio dos pases cambiados de clamor (el segundo, de unas cercanías inverosímiles). A partir de ahí la faena fue tremendamente emocionante, con pases muy buenos, aunque las series no fueron limpias del todo. Acabó con unas manoletinas ceñidas y una estocada extraordinaria, tras la que el toro le dio aún un susto que pudo haber sido peor.

Tarde muy entretenida y reivindicación una vez más de los toros en El Puerto.

Al llegar a Sevilla ya de madrugada, seguía haciendo más de treinta grados. Y subiendo.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Umbra, Cela y la dignidad de los toreros

Con la muerte de Umbral se va una forma única de hacer literatura. Su prosa tenía una riqueza especial y su capacidad para retratar y diseccionar personajes contemporáneos o pasados era prodigiosa.

En la separata de El Mundo del 29 de agosto se incluyen varias de sus columnas y algunos artículos que otros escritores y personajes públicos habían escrito sobre él hace ya tiempo con motivo de premios, homenajes y otras circunstancias.

Entre ellos, me ha llamado la atención el último párrafo de uno de CJ Cela del 22 de enero de 1993 en el que deja bien a las claras algunos principios esenciales para preservar la dignidad de los escritores y los toreros (sobre la comparación con otras actividades, nos ahorramos el comentario). Decía así el Nobel:

"...Dile a tus señoritos en ese periódico que no sé si he escrito lo bastante para complacerles en lo que me pedían: a cambio tampoco les cobro nada, y pienso que bien puede ir lo uno por lo otro. Y no les cobro, querido Paco, porque les parecieron altas mis tarifas y a mí no me gusta hablar de dinero: me parece una ordinariez. Yo creo que los escritores, al menos en esto, debemos ser como los toreros o las putas, que pueden torear festivales o joder de capricho, pero sin bajar los precios jamás."

Pues eso.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Madrid (29 de julio de 2007) - Final de novilleros

La final del concurso de novilladas de Las Ventas nos permitió ver a un novillero en novillero: Rubén Pinar. Hoy, con eso de que la mayoría de los toreros se hacen en Escuelas de Tauromaquia (nada que objetar) cuando se ponen delante de los toros lo hacen con seriedad, respeto, colocación,... Tratando de alcanzar el temple, el toreo bueno y la perfección. Pero a veces se echa de menos el ansia de triunfo, la variedad, la rabia, los impulsos,... Con sus años y su falta de experiencia no pueden torear como lo hacen maestros con más de dos mil toros a sus espaldas. Pero sí pueden poner novedad e ilusión.

Rubén Pinar lo hizo. Junto con retazos de buen toreo. Tiene estilo, cadencia y temple. Pero se le nota también frescor. Recibe bien y variado a los toros con la capa, entra en quites, pone muy bien banderillas y con la muleta mezcla el toreo puro, bajando la mano, abriendo el compás y dando pases de pecho infinitos con estatuarios o manoletinas. Eso sí, debe esmerarse con la espada y con el descabello (un aténtico suplicio lo que nos hizo pasar).

A Oliva Soto y a Juan Antonio Siro se les vieron detalles, pero sólo eso.

Oliva Soto destacó sobre todo en su primero, tanto en la réplica al quite de Pinar (con chicuelinas muy ceñidas y remate muy vistoso) como en una muy buena serie con la derecha, aunque luego la faena fue perdiendo intensidad. Al cuarto lo recibió bien a la verónica e intentó variedad con la muleta (cartucho de pescao, ayudados, manoletinas,...) pero el toro era complicado y a él se le notaba una cierta falta de oficio (perdonable sin duda en un novillero).

Juan Antonio Siro estuvo muy decidido (tremeda la voltereta que le pegó el tercero), pero con un toreo sin toda la intensidad deseable. En el último estuvo muy serio a pesar de las tremendas dificultades del novillo.

En definitiva, una final sin orejas, aunque con ratos de toreo bueno. Espero que podamos verlos pronto nuevamente (a los tres), que los novillos acompañen y que hayan ganado en experiencia con los paños y en acierto con los aceros.

En estos tiempos, ¿que hace a un chaval querer ser torero?

jueves, 30 de agosto de 2007

Comenar Viejo (28 de agosto de 2007) - Técnica y Pundonor

Lo único que salvó la tarde fue la técnica y el pundonor de Juli y Perera.

Los toros de Los Eulogios fueron malos de solemnidad: flojos, descatados, peligrosos a ratos,... Así no hay forma de que aquello cuaje y de que se culmine el tipo de actuación que dignifica y engrandece la Fiesta.

Se guardó un minuto de silencio en el aniversario de la muerte de Manolete, interrumpido como de costumbre por lo que empiezan a aplaudir para darlo por acabado antes de que hayan pasado diez segundos. Afortunadamente, las cuadrillas y la mayoría del público lo respetó en su integridad y afeó el comportamiento a los impacientes.

Hubo ovación a Rincón al finalizar el paseillo. Pero después aquellas cañas se convirtieron en lanzas y su desconfianza con ambos toros le hizo escuchar dos sonoras broncas. Los toros no fueron buenos, pero el público hubiera agradecido una cierta disposición. Siento no haber podido ver al gran Rincón de otras veces esta temporada. No sé si en la feria de otoño... Me gustaría que los toros le ayudaran y que él pudiera ganar en confianza.

El Juli sacó algunos pases buenos a su segundo, que fue poniéndose cada vez más complicado y al que acabó macheteando de forma muy torera cuando no había nada más que hacer. En el quinto dio una auténtica lección de técnica y pundonor, de colocación y temple, de aguante. Fue una faena de mucho mérito. De esas que dicen que son para los aficionados... Desde aquí se le agradece (peor hubiera sido no ver nada y la verdad es que desmostró una total suficiencia y orgullo), pero este aficionado prefiere que los toros embistan y humillen.

Perera hizo dos faenas muy serias. Pero las dificultades de sus toros, su falta de raza y de una embestida clara, hicieron que, como en el caso de El Juli, el deleite fuera más intelectual que sentimental. Sin duda, es agradable apreciar un torero que se pone, aguanta y saca a base de técnica embestidas o medias embestidas que de otro modo hubiera sido imposible. Hay que reconocer su toreo asentado, su variedad y disposición. Pero un toro desrazado, sin clase, hace que sea imposible que surja la genialidad.

En definitiva, una tarde para el reconocimiento del buen momento de dos toreros (Juli y Perera) y la preocupación por cómo concluirá Rincón esta temporada de su retirada, pero sin toros que hayan propicionado momentos de más envergadura.

PD: Me temo que me quedo sin ir a Palencia. La cogida de José Tomás vuelve a recordar que esto no es una broma. Después de la lucha con las operadoras virtuales telefónicas para conseguir la entrada y los paseos para recogerla, José Tomás no hará el paseillo y yo me evitaré los más de quinientos kilómetros de ida y vuelta que tenía previstos en el día de la vuelta de las vacaciones de medio Madrid.

¿Cuándo darán el nombre del sustituto y podrán devolverse las entradas? Supongo que podrá hacerse en el mismo sitio donde se recogió, ¿no?

martes, 28 de agosto de 2007

Comenar Viejo (27 de agosto de 2007) - De la feria

Colmenar está muy cerca de Madrid, como San Sebastián de los Reyes. Y en ambos municipios coinciden por estas fechas unas ferias taurinas con carteles variados y de gran atractivo.
Colmenar, además, es una plaza anudada a la historia del toreo por el hilo negro de la tragedia. Como Linares (José María, estás en todo http://lagrantemporada.blogspot.com/2007/08/60-aos.html), Pozoblanco, Talavera,... Aquí, hace poco más de veinte años, Burlero partió el corazón al joven Yiyo. Todo el entorno lo recuerda: la plaza cercana con su estatua o la placa junto a la Puerta Grande pregonan que una figura se dejó la vida aquí, en la suerte suprema, tras una faena magistral. No hay plaza pequeña: cualquier torero la engrandece con su arte y con su entrega.

El Cid venía de su encerrona en Bilbao con los victorinos que, según cuentan, tuvo tintes de verdadera reivindicación de su dimensión torera. Aquí, a su primero, un toro que se dejaba, lo cuidó mucho con la capa por miedo a acabar con las fuerzas juestas que parecía tener. Pero el toro se vino arriba después de las banderillas y, tras un comienzo muy torero con cambios de manos y trincheras, lo toreó bien con ambas manos. Gustó especialmente la serie con la derecha en la que dio mucho sitio al toro, dejándole venir de lejos. Mató de una estocada desprendida y cortó una oreja.

Al cuarto, al que toreó bien a la verónica, no lo quiso ver con la muleta. El toro se revolvía muy rápido y lanzaba algunos tornillazos. No parecía que pudiera haber un lucimiento similar al del primer toro, pero el público esperaba más disposición por parte del matador.

A El Fandi lo pitaron en sus dos toros. En su primero, el ambiente se puso en contra desde el primer par de banderillas, de ejecución y colocación especialmente defectuosas. Luego, con la muleta, instrumentó pases con ambas manos sin especial transmisión. En el quinto, recibió de capa al toro con lances vistosos y ejecutó mejor el tercio de banderillas (especialmente jaleado el tercero, al violín). Con la muleta, el trasteo tampoco llegó al público, que volvió a mostrar su disgusto con el matador.

Castella, por su parte, estuvo tremendamente serio toda la tarde. En el tercero, un manso de libro que no atendió a la muleta y huía hacia toriles a la menor oportunidad, le plantó cara y le sacó los pocos pases que tenía uno a uno. Pero lo realmente grande vino en el sexto, al que cuajó una faena magnífica. Lo recibió muy templado con la capa. No hubo quite (tal vez porque al salir del encuentro el toro dio una tremenda vuelta de campana), pero vivimos un brillante tercio de banderillas, en el que destacó sobre todo el primero de su cuadrilla (Curro Molina). El comienzo de faena fue con dos pases cambiados en el centro del ruedo, marca de la casa. Luego, hubo muy buen toreo en redondo, profundo y serio. Al natural, vimos pases magníficos. Incluso cuando el toro se empezó a quedar más parado, Sebastián aguantó imperturbable. Para finalizar, circulares para la galería y unas manoletinas de perfecta ejecución (una, en especial, tan ceñida que sólo sus reflejos evitaron un disgusto). Después de un pinchazo, casi entera y descabello, el presidente concedió las dos orejas pedidas con insistencia por toda la plaza. Toda la faena de Castella se desarrolló en el centro del anillo y llegó por igual a los aficionados y al público, que, en contra de lo que a veces se dice, disfrutan por igual del buen toreo.

PD: quedan en la mochila las crónicas de la final de las novilladas de Madrid, las tres tardes de El Puerto y una corrida agosteña de Madrid. Con algo de desorden cronológico, pero de todo se irá dando cuenta.

60 años


Hoy se cumplen 60 años de la tarde de Linares:
-"Niño, sube a la suite dos anisetes,que, hoy, vamos a perder los alamares"-de purísima y oro, Manolete,cuadra al toro, en la plaza de Linares. (J. Sabina)
Mañana, día de la agonía, J.T. (agónico), le rinde homenaje en la plaza, lo cual no es exhibicionismo, sino que se entiende como parte de la actitud de este torero mental.
En sus ENCUENTROS CON LAS LETRAS el crítico literario y buen aficionado Santos Domínguez -que alguna vez se ha ocupado con generosidad de esta página- hace una interesante reseña del libro de reciente Publicación SOL y SOMBRA de Manolete.
Valga como homenaje.

lunes, 27 de agosto de 2007

COSSIO (2)

Seis Dedos-Zytro

Y en medio Rafael de Paula (SOTO) , 20 tomos 20, 20 homilías de Pedro J. para llegar al más grande: Seis Dedos-Zytro, esos grandes artistas de cartel.

Se anuncian 10 tomos más de crónicas hasta que nos veamos -allá por el tomo 30 en navidades-, a nosotros mismos en la Corrida en la que José Tomás reventó la temporada en la Monumental, algo así como cuando Don Quijote veía sus aventuras impresas camino de... Barcelona.

Seguro que tras los 30 tomos nos cuelan el toro y la internet o el toro y la paleontología y aun aparecemos en algunos de los tomos, pero firmando, aquéllos que hacían la GRAN TEMPORADA durante la temporada más grande.

Conviene escribir algún día en serio, conviene.

sábado, 18 de agosto de 2007

Ávila 22 de Julio de 2007 - Competencia

Era evidente que la mayoría de la gente acudía a ver a José Tomás. Tanto, como que los cabales reconocían el gran mérito de El Juli, que no tenía nada que ganar y que, sólo por apoyar la fiesta y por orgullo, estaba allí.

Al final, José Tomás puso la liturgia y El Juli el mejor toreo. De los toros mejor no hablamos (flojos y descastados, sólo se salvó el quinto). Con casta, bravura y movilidad, hubiéramos vivido una tarde completa. Se palpaba la rivalidad y las ganas de ambos de reivindicarse como figuras de época.

De los aficionados, muchos de Madrid. Ellos fueron los que acallaron la música cuando toreaba José Tomás al primero. Y los que reconocieron en la faena al quinto los ecos de la gran tarde de El Juli en el San Isidro de este año.

De José Tomás nos quedamos con su actitud, su forma de estar en la plaza, su hieratismo. El primer toro lo arrolló en un quite por gaoneras y, sin inmutarse, se levantó y volvió a instrumentar nuevamente el quite. El toreo con la derecha de mano baja al principio de esta faena y el final a pies juntos fueron memorables. La faena al tercero fue la más completa: estatuarios imposibles en el centro del ruedo, toreo con ambas manos de quietud, temple y colocación, manoletinas inigualables (aunque el toro no repite, lo que quita vistosidad) y estocada sublime. Hubo petición de dos orejas pero el presidente, que debía haberse contagiado por la afición venteña, sólo concedió una. El quinto bis fue un toro complicadísimo al que José Tomás hizo una faena muy seria, sacando pases de uno en uno y aguantando coladas del toro en un acto de pundonor impresionante.

El Juli volvió a demostrar su condición de figura. La temporada que lleva es impresionante. Toreó muy bien con la capa a sus tres toros (quite de exposición y quietud en el primero, chicuelinas ceñidísimas ligadas con lances con la capa a la espalda en el cuarto y buen recibo a la verónica en el sexto). Con la muleta, en el segundo aguantó todo tipo de parones del toro en una faena de pases sueltos de mano muy baja y mucho gusto (la ligazón era imposible por la condición del toro). Después de un pinchazo sin soltar la espada y una estocada hasta la bola cortó la primera oreja. La faena al quinto fue completísima: comienzo poderoso y artístico tras el cual dio mucho sitio al toro para instrumentar una buena serie con la derecha; luego, otra arrastrando la mano y templando hasta hacer eternos los pases; siguió con la derecha, intercalando cambios de mano ligados con naturales muy toreros; al natural, más cerca, algunos pases fueron sublimes; nueva serie con la derecha de mano baja y templanza y final de faena con una rodilla flexionada. Pincho y colocó luego una estocada casi entera y las dos orejas fueron una recompensa justa por una faena maciza. En el sexto, los peones nos deleitaron con una magnífico tercio de banderillas, (en especial, primer y tercer par). Con la muleta, El Juli volvió a torear muy bien en un par de series con cada mano antes de que el toro se quedara corto y recurriera a circulares en los que volvió a demostrar su maestría. Después de una estocada tendida cortó otra oreja.

Y volvemos a las preguntas:

1.- ¿Por qué le cuesta tanto a El Juli conectar con el público y obtener el reconocimiento de los aficionados? Con lo bien que torea, ¿qué es lo que hace que salvo en faenas como la de Madrid o la del quinto de Ávila falte transmisión? ¿Es colocación, hondura, distancias,...? ¿O es que su misma facilidad técnica hace que sea menor la sensación de peligro?

2.- Después de esta temporada triunfal de José Tomás, ¿cómo hará para seguir conservando el mito? ¿Es posible pisar el sitio que pisa con veinte o treinta corridas más? Y cuando la gente le haya visto ya cinco o seis tardes, ¿le perdonarán los enganchones, las estocadas defectuosas,...? ¿Serán los públicos capaces de valorarle como un torero genial, único, pero humano, o en las tardes en la que no quepa el mito la agresividad contra él será mayor porque la decepción será también más profunda?

jueves, 2 de agosto de 2007

¡Vámonos al Puerto!




Nos vamos al Puerto, al Puerto de Santa María, a ver los toros del atlántico, como vimos antes los toros mediterráneos de Barcelona, los fluviales toros romanos del Betis, los toros mesetarios de Madrid.

¡Ay Lola! Cuando la Lola se va a los Puertos la Isla se queda sola.

Aquí se quedarán sola Las Ventas (todo en venta) y la Maestranza (todo en danza).

Hemos preparado la furgoneta para los dos grandes diestros que se anuncian: Lorenzo Clemente, “el Garrigueño” y José María Jurado “el niño del Almanaque”, llevamos en la maleta los ternos de purísima y oro para anunciar el verano (Lorenzo), plata y azabache catafalco para despedirlo (José María).

La cuadrilla al alimón: buscamos un mozo de espadas que nos lleve el búcaro, nos sirva los anisetes y nos despeje una mesa en Casa Flores.

Pues eso: al Puerto, donde llega el aire salobre del mar a la Plaza, ¡quién no ha visto toros en el Puerto, no ha visto toros! (Joselito), con sus golondrinas revoloteando por las vidrieras becquerianas de su balconcillo presidencial, sus corchetes uniformados que tocan el clarín subidos en un escabel como quien anuncia un pleno por bulerías de la sesiones constitucionales (¡viva la Pepa!).

Llevamos preparada la camisa guayabera, el cheque para el marisco, el sombreo de jipijapa, el café de puchero, el puro habano y el cante jondo porque nos vamos al hemisferio austral: al rincón del Sur, donde pasan nubes como toros acaracolados de Alberti, donde salen toros de Villalón con los ojos verdes, donde la plaza se eleva y se torea al borde del mar, al borde del verano y se vive en una barcaza lenta con las redes de pescar rotas.

En “fragoneta” o calesa, la cuadrilla de la Gran Temporada (¡ay Quiñones!) se va al Puerto buscando el capote azul de Paula por el cielo.
Los carteles (véase entradas):
Sábado 4
Toros de Parladé
E. Ponce
J. Conde
S. Castella
Domingo 5
Toros de Torrehandilla
Jesulín
Juli
Manzanares
Domingo 12
Núñez del Cuvillo
Finito
José Tomás
El Cid