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viernes, 31 de diciembre de 2010

Memoria del 2010

Este año he vuelto a recorrer media España buscando la tarde mágica, el momento de inspiración. He vuelto a algunas plazas que hacía algunos años que no pisaba (Valencia, Algeciras, Brihuega,...), he conocido otras nuevas (Bilbao, Albacete,...) y, desafortunadamente, no he podido acudir a Nimes, lugar que reconozco me atrapó el año pasado por su forma de entender la Fiesta.

Tal vez el reencuentro más feliz, después de varios años, ha sido con la Plaza de Cáceres, el origen de mi afición. Porque siempre es un placer volver al recuerdo de la infancia, porque el Club Taurino Cacereño me trató de forma excepcional (Ambrosio García Polo tuvo incluso el detalle de hacer una reseña de mi conferencia en el programa de mano de la corrida) y porque compartí la tarde con Pablo Pámpano y con José María Jurado.

La base de mi temporada ha sido la Plaza de Las Ventas (28 tardes), pero he estado seis en Sevilla, tres en Olivenza, Valencia, Vistalegre (Madrid) y Huelva y dos en Valdemorillo, Bilbao, El Puerto de Santa María, Algeciras y San Sebastián de los Reyes.

Las tardes más completas han sido en Sevilla, Algeciras y El Puerto de Santa María (el toreo siempre viene con aires del sur), con algún momento muy bueno en Olivenza y Vistalegre y el recuerdo de los quites de Morante y Luque en Las Ventas. Además de por ver toros, el viaje a tantos lugares ha sido siempre un placer por los amigos con los que lo he compartido, por el encanto de las ciudades y por lo apasionante de la gastronomía de nuestro país.

Con la esperanza de que en un par de meses (o menos), volvamos a ver en la plaza la gracia de Morante, la plenitud de El Juli, la liturgia de José Tomás, el empaque de Manzanares, la inteligencia de Ponce, el poso de Juan Mora,... enumeremos los lugares que han compuesto esta peregrinación anual.
  • Valdemorillo: 2
  • Vistalegre (Madrid): 3
  • Olivenza: 3
  • Valencia: 3
  • Brihuega: 1
  • Sevilla: 6
  • Madrid: 28
  • Bilbao: 2
  • Cáceres: 1
  • Algeciras: 2
  • Barcelona: 1
  • Huelva: 3
  • El Puerto de Santa María: 2
  • San Sebastián de los Reyes: 2
  • Pozuelo de Alarcón: 1
  • Albacete: 1

Y, por este año, sólo resta desear los mejor para el 2011 a todos los que nos seguís, comentáis, linkáis y os acercáis cibernéticamente de cualquier modo.

Que 2011 sea próspero y taurino.

martes, 28 de diciembre de 2010

Reflexiones sobre el final de un año

El año que acaba ha dado más noticias que alegrías. Desde la muerte de Adrián Gómez a múltiples cornadas que han tenido y siguen teniendo a muchos toreros de oro y plata en el dique seco: José Tomás, Manzanares, Curro Molina, Luis Mariscal,... Ha dado suspensiones en plazas de primera (Málaga) y ha dado amagos de suspensión que pueden haber hecho mucho más daño aún a la fiesta (Puerto de Santa María). Ha dado multitud de tardes horrorosas (casi todo San Isidro y el Aniversario) y ha dado la prohibición en Cataluña. Ha dado el fin del programa El Albero y una información taurina cada vez más ausente en los informativos, salvo si es para informar de alguna tragedia.

Pero este año ha dado también un Morante en tardes de gloria (Nimes, Jerez, Badajoz, Cantalejo, los quites de Madrid,...). Ha dado un año redondo de Juli y tardes memorables de un Manzanares cada vez más asentado. Ha dado los veinte años de alternativa de Ponce. Ha dado una tarde en Las Ventas (la de Juan Mora en otoño), con un resultado triunfal en cuatro de los toros, algo que hacía más de diez años que no se recordaba... Ha dado "Plaza de Toros", el grandísimo libro de José María Jurado y Pablo Pámpano en La Isla de Siltolá. Y ha dado otros muchos sentimientos y tardes de pasión.

La temporada que se ha ido no ha sido buena en lo artístico y ha sido ruinosa en lo económico. Y la que viene no se adivina mejor. Pero entre todos tenemos que hacer lo posible para que lo bueno tenga más eco que los gritos de la mediocridad y las tardes aburridas. En esta labor, la televisión desempeña un papel fundamental y no sé bien si todos los profesionales lo tienen claro y actúan en consecuencia.

Les comento un breve sucedido que ilustra a las claras lo que comento. Hace un par de semanas, en la entrega del Premio Taurino de ABC a Enrique Ponce tuve la suerte de poder departir extensamente con responsables de varias televisiones involucrados en la información taurina. Los datos que daban eran demoledores. Comentaban que para ellos, dar una corrida cualquiera en una plaza sin mucha relevancia era mucho más caro que dar un partido de la Champion League de Fútbol. Que los derechos de imagen que había que abonar a los toreros eran estratosféricos. Y que, además, había que pagar dinero a todos los que participaban de cualquier modo en el espectáculo, desde los banderilleros hasta los empresarios, pasando por los mozos de espada, los ayuda,... Parece que en algún momento habían planteado que no era sensato que alguno de esos individuos tuvieran que percibir importes de ninguna clase por televisar un festejo y que se les había respondido que aquello eran conquistas laborales a las que no iban a renunciar. Como respondían con evasivas muchos toreros cuando se les trataba de hacer una entrevista (es más difícil entrevistar a algunos toreros que a cualquier estrella mundial del rock). Aquellos profesionales (algunos con importantes responsabilidades televisivas) se quejaban amargamente de la falta de visión del taurinismo. Argumentaban que en un momento en el que, con muchas voces en contra, hay directivos en distintas televisiones empeñados en difundir la Fiesta, son los propios profesionales y acompañantes los que dificultan que esta difusión se pueda llevar a cabo.

Particularmente creo, y así se lo indiqué, que la difusión taurina debe hacerse de otro modo. Que en lo relativo a la información, de lo que se trataría es de conseguir que, durante la temporada, hubiera al comienzo de cada semana (probablemente el martes, para no coincidir el lunes con la avalancha del fútbol) piezas de dos o tres minutos en los que se mostrara en los informativos lo mejor de los festejos celebrados la semana anterior, sobre los que cada cadena pudiera efectuar sus montajes y hacer sus comentarios. Creo que es imprescindible difundir esta parte positiva de la tauromaquia y que para ello debe ser la propia organización de la Fiesta la que, con generosidad por parte de todos, pudiera organizar estos resúmenes y facilitarlos a las televisiones (consiguiendo, si es posible, el compromiso de estas de difundirlos en los informativos).

Y entiendo que la retrasmisión de los festejos en abierto es también fundamental. Mejor si pudiera ser de festejos en plazas relevantes y con carteles de interés, que con toreros mediáticos en plazas de tercera. Con comentarios que ilustren sobre el comportamiento de los toros, sobre la técnica del toreo, sobre Historia de la Fiesta, sobre los propios toreros (sí, como hacía el genial Matías Prats),...

La tauromaquia requiere dejar de estar a la defensiva y pasar a una ofensiva de dignidad y trasparencia. En ello nos jugamos el futuro. Y sería muy mezquino que intereses cortoplacistas lo entorpecieran.

(Una aclaración, probablemente innecesaria. No tengo nada contra José Tomás. De hecho creo que todos somos conscientes de que con cuatro o cinco toreros con su actitud, con su compromiso ético y su entrega, la posición social de la tauromaquia sería otra, y ni televisión haría falta. Aún así, creo que sería un buen gesto que permitiera la televisión en uno de los festejos en los que participara la próxima temporada. Creo que el problema de la televisión no está precisamente en el único torero que llena las plazas donde torea todas las tardes, siendo además, como es, el que más información consigue que se difunda en espacios generalistas).

lunes, 13 de diciembre de 2010

Salve Morante

Hacía mucho que no me asomaba a esta plaza cuya concesión comparto con el maestro Lorenzo Clemente quien la ha llevado a unos niveles de excelencia insuperables.

Con motivo de la entrega a Morante de la Puebla del premio "Mercuriales de Plata", por parte de la tertulia sevillana "Los Mercuriales", concedido junto al gran comunicador y poeta Antonio García Barbeito, pronuncié estas palabras de homenaje al torero.

Pasamos una velada estupenda, en el acto estuvieron presentes Lorenzo y Pablo Pámpano que hicieron el esfuerzo de venir desde Madrid y Cáceres respectivamente.

Pablo obsequió al Maestro con su "Morante de Tabaco y oro", que es una maravilla y se puede adquirir aquí: inmejorable regalo ahora que en el 2011 van a prohibirlo todo.



SALVE MORANTE

Salve, Morante, yo te saludo como se saluda a los césares porque en un anfiteatro de las Galias has reclamado este año el trono del toreo eterno, sentado en aquella sillita de enea, cima de la gracia y del embrujo, donde antes se sentara Rafael el Gallo.

Salve Morante, morituri te salutant, los que vamos a morir te saludamos, nada quedará de nuestros afanes, el fuego devorador abrasará nuestras palabras y el viento del tiempo aventará nuestras cenizas, solo somos hombres, estelas en la mar, sombras de arena incapaces de luchar contra el cronómetro con sus pequeñas palabras, pero tú, José Antonio, has parado los relojes, has abolido el tiempo. Ocupas un lugar entre los escogidos.

¿Qué diríamos, humildes escribidores, si viéramos aparecer ahora entre nosotros a Homero, a Dante o a Virgilio con toda su majestad, con toda su grandeza? La admiración nos paralizaría. Pues no es menor hoy mi terror sagrado al hablar de ti, frente a ti, Morante de la Puebla.

Para Leonardo la pintura era una cosa mentale, tú sabes bien que el toreo está en la cabeza, como lo está en la memoria de los aficionados. Mientras exista el mundo, existirá el toreo, mientras exista el toreo, cosa mentale, perdurará Morante.

Nosotros moriremos, José Antonio, pero tú no y por eso los que vamos a morir te saludamos, porque te hemos visto caminar una tarde de abril con la vida echada sobre el capote hacia el negro chiquero ancho de la Plaza de Sevilla, que como todos los chiqueros de todas las plazas de toros del mundo comunica con el Hades, el Infierno al que sólo bajan los elegidos, y te hemos visto salir resucitado entre las orquídeas fucsias con que cada mayo enciendes la Plaza de Las Ventas, igual que hace Ceres cuando visita a su hija Perséfone y llena las praderas de gencianas rosas y mimosas amarillas donde se duerme el toro de la primavera.

No nacen mis palabras, casi sacrílegas, José Antonio, sólo de una admiración rendida, de aficionado que te sigue por las plazas y que se extasía con tu arte, que también, ¿se me nota demasiado? Yo me vuelvo loco cada vez que haces el paseíllo. Sino de la realidad contrastada de que no ha habido en la historia del toreo más allá de diez figuras que hayan dejado el rastro luminoso del cometa y tú eres una de ellas, José Antonio, tocado por la gracia, elegido de los dioses.

Recibir este don es una carga pesada y supone una responsabilidad tremenda, al Morante que quedará de perfil en la historia, como los reyes y los emperadores en las monedas, se superpone el Morante real de carne y hueso, el que debe soportar sobre su capa y su muleta el fuego del duende y el místico arrebato del valor.

Hoy celebramos al hombre y al torero, pero late en esta sala la memoria sagrada de los héroes.

Entender esto es muy difícil, pienso que debe ser muy complejo para ti asumir tu forma humana, pero tú eres un hombre recto, humilde, inteligente, lo hemos visto en la plaza que es donde se ve a los hombres. Hace poco en una entrevista te preguntaban si el toreo era arte, no te limitaste a un “sí”, dijiste “sí, cuando se manifiesta en su plenitud”. Esto es más profundo de lo que parece, en estos días de acoso y derribo de la fiesta, tú señalas el camino de la excelencia y la liturgia, el lugar del rito y la belleza. La perfección. Porque el toreo puede ser muchas cosas, una danza, un combate, un juego, pero determinados seres elegidos con determinados toros elegidos, se unen para construir, en un tiempo que se sale del tiempo, en un presente perpetuo, el más bello poema, hecho de luz, de sangre, de color, de muerte y vida.

Quiero cimentar mis palabras con una breve teoría sobre tu arte, nuestra admiración irracional no nace solo de una fe incondicional, nace del conocimiento de la fiesta, de todas las tardes, de todas las plazas por las que te hemos seguido.

La tauromaquia moderna, antes de la verticalidad manoletina -con sus estragos y sus aciertos técnicos- nace con Joselito, Belmonte y Rafael el Gallo cuando se produce, además, la vinculación del toreo con las artes y la filosofía en la edad de platino de la cultura española.

Pienso que Morante es un océano donde confluyen estos tres ríos: su concepto del toreo participa de la naturaleza agónica de Juan Belmonte, con el que comparte seriedades y ensimismamientos, lo hemos visto en su lucha trágica contra el infierno arrodillado de la puerta de toriles una tarde de abril en Sevilla o en la corrida de la Beneficencia de Madrid en la que vio pasar uno tras otro, hasta el último y glorioso, la camada completa de los toros de Gerión que combatiera Hércules. Y sin embargo, en ambos casos se nos apareció finalmente transverberado en Joselito: en aquella tarde histórica de Sevilla recibió al toro con unas verónicas de mano tan baja que parecían derechazos poderosos, instrumentados por la inmensa sabiduría de José que siempre está en el conocimiento de su muleta.

Recuerdo que la tarde de la Beneficencia vimos a Morante, querido Antonio Barbeito, como al Cristo de la Piedad del Baratillo entre sus banderilleros, así de roto iba hacia el trasmundo y reluciente salió para dar valor artístico al misterio de vivir con la muerte y la muleta en la mano. Cual Joselito en su gloria.


Morante, como esa tarde, es además el banderillero más puro, su poder en las banderillas es el de Joselito porque hace la suerte clásica y sale andando de la cara del toro, pero cuando ejecuta el par al quiebro -de sabor tan antiguo- sólo podría ser de Rafael el Gallo, el divino calvo que invento tres cuartas partes de las suertes modernas con la gracia suprema de Andalucía..


José Antonio Morante de la Puebla: la Santísima Trinidad del Toreo, transfigurado en Madrid y Sevilla.

Cuando veo fumarse un habano a Morante, sueño que es un torero de ultramar, por ejemplo en la tarde de miel y oro del último Domingo de Resurrección: miles de palomas torcaces pidieron el laurel para el torero que, como un orfebre mágico, había labrado, muy despacito, en su pequeño taller de albero y gracia, una pieza lenta para el recuerdo, una suave guajira mecida en la muleta con el duende barroco de una bambalina bordada por Rodríguez Ojeda. Todo lo hizo bien, todo pausado, como en un telar. Y en ese misterioso compás, y en esa exacta cadencia y en el eterno desplante capaz de adormecer el tiempo se veían viejos galeones y toreros antiguos y músicas extrañas y flores remotas. Porque así, frente a las dóciles astas de una muerte dormida se revelaba, otra vez -Resurrección- el fondo del dilema: ¿Se puede prohibir la belleza?

José María Jurado

jueves, 9 de diciembre de 2010

Un regalo taurino por Navidad

PLAZA DE TOROS, OBRA GRÁFICA

(La tauromaquia de Pablo Pámpano)


Si ya has leído el libro
no te pierdas la película.


ANTONIO ORDÓÑEZ, por Pablo Pámpano

lunes, 6 de diciembre de 2010

Curso de Introducción a la Tauromaquia (y 3)

El fin de semana del 27 y 28 de noviembre tuvieron lugar las últimas jornadas de esta segunda edición del Curso de Introducción a la Tauromaquia para aficionados.

El sábado por la mañana hubo una intervención de Eduardo Martín Peñato, ganadero, Presidente de la Asociación de Ganadería de Toros de Lidia y Director Gerente y portavoz de la mesa del toro. Durante aproximadamente una hora nos estuvo hablando de cómo, a su juicio, uno de los grandes problemas de la Fiesta es la poca importancia que se la da al toro y cómo eso se deriva de la escasa unión de los ganaderos y de los bajos precios. Expuso que, de los importantes costes que supone organizar un festejo taurino, la compra de los toros representa en torno a un 6% y que en ninguna actividad económica quien representa un 6% de los costes tiene verdadera relevancia. Este porcentaje habría ido reduciéndose de forma muy sustancial a lo largo de todo el siglo XX. Además, ahora son las figuras, las empresas y los veedores quienes eligen los toros, en vez de el ganadero. Habló también de la multitud de festejos taurinos de todo tipo que se dan a lo largo de la temporada y respecto a los cuales las corridas de toros y novilladas picadas son un porcentaje muy escaso. Defendió esos espectáculos por su importancia económica para el ganadero y por la gran repercusión social que de este modo tiene la fiesta de los toros en multitud de pueblos. Para él, no es un problema que queden muchos toros en el campo porque lo que sucede es que a cada ganadero le quedan los restos de que las camadas no sean divisibles por seis.

Como curiosidad, expuso la división que se produjo hace muchos años entre los ganaderos de la Unión y los de la Asociación para que los primeros lidiaran en corridas de toros y novilladas picadas y los de la Asociación en el resto de festejos y cómo eso originó una importante ventaja económica para los ganaderos de la Asociación, de modo que la Unión pidió romper el pacto, pero sin que ello implique que unos animales sean mejores que otros (así fue contada la historia). Y contó también la historia de la Mesa del Toro y, en especial, de lo importante que fue la exposición de organizaron en Bruselas cuando iba a plantearse la discusión sobre la tauromaquia en el Parlamento Europeo.

En definitiva, su propuesta de mejora de la Fiesta se basaba, sobre todo, era que se alcanzara un pacto de precios de modo que no se pudiera vender ningún animal por debajo del coste medio de producción del mismo. Así, no existiendo competencia en precios por debajo del mínimo, se tratarían de comprar los mejores animales, no los más baratos.

He coincidido con Martín-Peñato en otras ocasiones y reconozco que la visión de la Fiesta que tiene difiere absolutamente de la mía. No dudo de su sinceridad ni de su afición, de su trabajo ni de su empeño en defender la Fiesta. Pero me cabe la duda de si quiere defender la Fiesta como rito y como liturgia (que es mi visión) o como negocio de venta de ganado (que es el suyo). Obviamente, repetir insistentemente lo importantes que son los miles de festejos con animales de lidia que hay en multitud de pueblos de España y la necesidad de alcanzar un acuerdo sobre el precio de los animales para todos los festejos (incluido esos) es poner el foco del problema en un lugar que nunca se me hubiera ocurrido, ni creo que sea el relevante. Sin duda, hay un debate subyacente que es el de si la tauromaquia se defiende mejor como espectáculo elitista (intelectualmente, no en lo económico) o con la generalización de festejos. Es decir, haciendo menos festejos, pero con una mayor previsibilidad en el comportamiento del ganado (vía mejor selección) y mayor exposición y compromiso de los toreros (con menos festejos), o si lo que hay es que hacer muchos festejos, en todos los sitios posibles, para que vaya mucha gente y así a los políticos les resulte más difícil prohibirlos. Yo creo que hay que tender a lo primero, a que cada festejo sea un acontecimiento. Sin embargo, los que están defendiendo la Fiesta en la Mesa del Toro van por el otro camino; y no sé si es por verdadera convicción o porque, a la vez, están defendiendo su negociete.

Respecto al acuerdo en materia de precios, da igual lo que se le explique a este señor, que él dice que esa vía es la que hay que tomar y que él consigo mismo ha decidido que eso es legal. Da igual que se le explique que los acuerdos en materia de precios son contrarios al derecho de la competencia, que no se puede hablar de costes medios,... Da igual que se le diga que efectivamente el dumping está prohibido y que eso permite actuar contra quien haga dumping, pero no alcanzar un acuerdo de precios en un sector legalmente oponible a todos los empresarios del mismo. Da igual, él ha decidido que eso es así y no está dispuesto a aceptar ninguna opinión en contra. De hecho cambia el gesto y arremete contra el Tribunal de Defensa de la Competencia cuando le recuerdo que ya les atizó bien a todas las asociaciones ganaderas hace unos años por imponer condiciones de venta de los toros a sus asociados. En el fondo, me recuerda mucho a algunos pequeños empresarios que creen que para defender su negocio lo que hay que hacer es ponerse todos de acuerdo y repartirse el mercado. Y no se paran a analizar (no son capaces de hacerlo) si eso vulnera las actuales leyes, cómo es la realidad de la economía actualmente,... Que la defensa de la Fiesta esté en manos de gente que piensa de este modo me preocupa. Pero es lo que hay.

El sábado por la tarde hubo examen del que salieron veinte seleccionados para ponerse delante de las vacas el domingo por la mañana en la Ganadería de los Hermanos Pérez Villena, cerca de Valdemorillo. Bonita aunque gélida mañana de domingo (algo menos en la gran plaza cubierta), e interesantísimo examen práctico con El Bote y Boni dirigiendo a los chavales de la escuela que paraban primero los animales y a los aficionados que se pusieron delante de ellas más tarde. Alguno se llevó algún topetazo fuerte porque alguna de las vacas desarrolló un punto de peligro. Buena jornada, caldereta, entrega de diplomas y a casa.

Para los curiosos, no me puse delante de los animales porque no me presenté al examen. Tuve que irme el sábado después de la sesión de la mañana a Logroño para dar una conferencia en la Peña El Quite. Magnífica la acogida y muy buen rato el que pasamos tanto en la conferencia como en el rato posterior tomando buenos riojas y con una gran cena. Interesantísima la labor que hace esta peña difundiendo los más variados aspectos de la Fiesta.

Gracias también desde aquí a Pedro Mari Azofra por su artículo en El Correo Español y a Pablo García Mancha por la entrevista del pasado jueves en su programa radiofónico.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Conferencia en la Peña "El Quite" de Logroño

Mañana sábado a las 20:00h. en el Centro Cultural de Ibercaja en Logroño (calle Portales, 48) y dentro de las actividades del Otoño Cultural organizadas por la Peña "El Quite" charlaremos sobre "La tauromaquia en los Tribunales: algunas curiosidades del toreo para el derecho".

Me consta la calidad de la afición de Logroño y muy especialmente de los componentes de la Peña. Por eso, es un reto importante. Creo que podremos pasarlo bien hablando de toros en estos meses sin festejos en las plazas españolas en los que son las conferencias y los vídeos los que sustituyen la particular peregrinación de plaza en plaza de los aficionados durante la temporada.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Aula de Tauromaquia del CEU

Mañana jueves 25 a las 19'30h. en el Aula de Tauromaquia del CEU (Julián Romea, 22) compartiremos con los aficionados una charla sobre el "Anecdotario jurídico-taurino" que incluirá referencias a Juan Mora, a Cepeda, a Perera, a Espartaco, a Rincón, a Curro Romero,... Creo que echaremos un buen rato.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Curso de Introducción a la Tauromaquia (2)

Las sesiones de este fin de semana en el Curso de Introducción la Tauromaquia han resultado de muchísimo interés. A priera hora, Rafael Perea "Boni" se mostró cercano y sincero explicando multitud de cuestiones relacionadas con la lidia y la tauromaquia en eneral y respondió a las muchísimas preguntas que le hicimos. Más tarde, D. José Manuel Durán Jiménez, decano de los veterinarios de Las Ventas, exlicó de forma minuciosa cómo se hacen los reconocimentos de los toros desde su desebarque en la plaza hasta ciertas comprobaciones qu se acen una vez muerto el animal. También demostró una gran amabilidad respondiendo variadas preguntas. Como curiosidad, le pregunté sobre los reconocimiento en el campo y se mostró en contra, no sólo por la dificultad de ver los toros en el campo, sino por los cabios que puede sufrir el animal desde ese reconocimiento hasta la llegada a la plaza.

En la tarde de ayer la clase de toreo práctico fue con Chamón Ortega, joven torero, con una clase excelente y que desafortunadamente no torea mucho en España, aunque sí que tiene algunas actuaciones más en tieras americanas. Durante las casi cuatro horas que estuvimos por allí puso todo el interés del mundo en ir enseñándonos a cada uno, poco a poco, cómo se dan distintos lances y pases.

Esta mañana, hemos repasado con José Luis Bote algunos lances de remate, distintas suertes de banderillas, muleta y estocada. Intenso, pero plenamente satisfactorio. Experiencia tremendamente recomendable para cualquier aficionado. Tres fines de semana es un tiempo escaso para aprender (sobre todo si uno no está en buena forma física y no tiene especial habilidad para la coordinación y los movimientos del cuerpo), pero es suficiente para reforzar la afición y para que entren las ganas de seguir aprendiendo.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Curso de Introducción a la Tauromaquia

Esta mañana ha comenzado el II Curso de Introducción a la Tauromaquia para aficionados y público en general organizado por la Escuela de Tauromaquia de Madrid (Marcial Lalanda) y la Federación Taurina de Madrid.

En el Aula Antonio Bienvenida de la Plaza de Las Ventas después de las presentaciones y saludos de rigor ha tenido lugar una conferencia muy interesante de D. Javier Morales Fernández, veterinario de esa misma Plaza, en la que ha explicado los distintos encastes de toro de lidia existentes en la actualidad y sus principales diferencias.

Por la tarde, en las instalaciones de la Escuela de Tauromaquia en El Batán el maestro José Luis Bote nos ha impartido primero una clase teórica sobre los trastos de torear y sobre dos de las suertes fundamentales del toreo (verónica y natural), pasando luego a tratar de llevarlas a cabo cada uno, sin toro o con un compañero haciendo de toro. No tengo que contarles lo extraordinariamente complicado que es, aún sin toro, el manejo de los trastos. Y cómo es casi imposible hacer que surja una verónica o un natural limpio sin toro delante. Las horas de entrenamiento y las cualidades que debe tener un torero se aprecian aún más después de experiencias como esta, que continúa mañana por la mañana y los dos fines de semana siguientes. Extraordinarios también los cinco alumnos de la Escuela que han colaborado con el maestro Bote en sus explicaciones y que nos han atendido con amabilidad extrema y un buen humor enviadiable a todos los veteranos aprendices. Algunos de ellos demostraban unas maneras excelentes: ¡ojalá pronto sean figuras del toreo!

Este programa ha tenido un éxito que ha desbordado por completo a los organizadores. Creían que se apuntarían veinte o treinta personas al que organizaron en Octubre y como la avalancha fue tremenda tuvieron que limitar a cuarenta el número de los alumnos del primer curso. En este segundo somos otros cuarenta y parece que hay un tercero con todas las plazas cubiertas y un cuarto que está también casi lleno. Es evidente que los aficionados (muchos de ellos jóvenes) reclaman espacios para conocer más sobre la tauromaquia. Y, sin embargo, los que organizan el cotarro son incapaces de hacer nada para mejorar su difusión. Cualquier iniciativa como esta concita una gran atención, pero son pocas, no siempre coordinadas y cuentan con muy pocos medios. ¡Ay la Mesa del Toro, los empresarios y compañeros mártires,...! ¿No se darán cuénta de lo que podrían ganar si hicieran bien las cosas? ¡Panda de mediocres...!

martes, 2 de noviembre de 2010

Adrián Gómez

Ha fallecido Adrián Gómez, un hombre, un torero, que nos puso a todos los pelos de punta cuando vimos su cogida y supimos que el golpe contra el suelo le condujo a la tetraplejia. No ha podido superar una complicación de una neumonía.

Creo que nunca he llorado tanto en una plaza de toros como en el Festival en su apoyo el 1 de marzo de 2009. Lo contamos aquí, y acabábamos así la crónica

Pero han sido de verdad, sobre todo, las lágrimas que la plaza entera ha derramado cuando, antes de empezar el paseíllo, han sacado en su silla de ruedas a Adrián al centro del ruedo, desde donde ha saludado en gesto torero a través de las manos de su esposa. Llanto de dolor y de impotencia. De rabia torera. De imaginarse cada uno cuánto sufrimiento puede llegar a una familia cuando sucede algo así. Pero un llanto también con la esperanza de saber que si esto sucede en el mundo del toro, profesionales y aficionados dan un paso al frente y tratan de que la vida que se avecina, tan diferente, sea al menos llevadera en los afectos y en lo material.

¡Ejemplar lección de temple y torería la de Adrián, su mujer y su hijo!

¡Soberbia muestra de bondad la de todos los profesionales que han salido hoy al ruedo para ayudar a que su amigo, su compañero, tuviera un reconocimiento que le alegrara el espíritu; y un colchón económico que le permita vivir dignamente!

Desde aquí, hoy, nuestro recuerdo a esa mujer y a ese hijo. A nosotros se nos ha ido un profesional querido y admirado, un símbolo de los duro que es esto del toreo. Un nuevo interrogante ético...

Pero a ellos se les ha ido un esposo y un padre. Y eso no hay nadie que lo reemplace. A cualquier edad, en cualquier tiempo. Un abrazo desde lo más hondo para ellos. Y para él, una oración.

sábado, 30 de octubre de 2010

Treinta y ocho propuesta de mejora

Que la tauromaquia no vive uno de sus mejores momentos es algo evidente. Y no tanto porque no haya extraordinarios toreros y grandes ganaderos, sino porque el conjunto de la Fiesta se ha mantenido en la esfera de una organización manifiestamente perezosa y repetitiva que aleja de las Plazas a los más jóvenes y a algunos de sus aficionados más cabales. La presente propuesta de actuaciones no pretende ser un remedio milagroso para la regeneración de la afición, sino un elemento más de un debate que los antitaurinos han obligado a iniciar, pero que puede servir para mucho más que defenderse de las prohibiciones en determinadas regiones de nuestra querida España.

Algunas son del todo utópicas, pero ahí van, por si alguien quiere escucharlas:

Las cinco de los ganaderos

1. Abrir las tientas a los aficionados y a los medios de comunicación y permitir que haya transparencia para que sea posible conocer los criterios de la selección de madres y padres, y sus combinaciones.

2. En las ganaderías que más lidian, apostar en la selección por aportar un punto más de bravura y de emoción que la que consideran que querrán las figuras.

3. Mantener a toda costa los diferentes encastes, y hacer lo posible por demostrar que es posible hacer grandes faenas a toros de los encastes menos demandados por los toreros. También aquí la selección es importante. Muchos de estos encastes dan en un gran porcentaje toros mansurrones y peligrosos, sin interés para el aficionado que no quiere ver en la plaza una lucha a muerte sino una faena artística.

4. Denunciar cualquier exigencia o intento de manipulación de los toros, ya sea en las astas o mediante sustancias que puedan afectar a su comportamiento.

5. Negarse a lidiar corridas diferentes de las que considere deben ir a cada una de las plazas.

Las cinco de los toreros

6. Realizar una campaña acorde con su categoría, que permita la existencia de diferentes circuitos para cada tipo de toreros. Por ejemplo, no torear en plazas de tercera (o torear sólo dos o tres, si hay razones para hacerlo en una plaza concreta) aquellos matadores que toreen más de veinticinco o treinta corridas al año.

7. (Las figuras). Tratar de garantizar, con la indicación de ganaderías y compañeros de terna, que cada tarde se convierta en un acontecimiento. Más aún si se trata de la comparecencia en una plaza relevante. Esto implica renunciar a la comodidad (asumiendo que en el toreo nada es cómodo y siempre existe el riesgo) y apostar por las ganaderías más importantes y los compañeros con los que pueda haber mayor rivalidad.

8. (Las figuras) Ajustar los honorarios para permitir lo indicado en el apartado anterior, siendo especialmente exigentes en materia retributiva cuando puedan garantizar que, fuera de tardes señaladas, pueden llevar mucho público a una plaza.

9. Dignificar con su preparación y actitud cada comparencia en una plaza, significando la seriedad, el rito y el rigor que exige la celebración de una corrida de toros.

10. Permitir medios para hacer llegar a los aficionados y al público en general su opinión, real y sin cortapisas, de sus actuaciones, su visión de la Fiesta, de las ganaderías, de los empresarios, etc.

Las cinco de los empresarios

11. Denunciar todos aquellos Pliegos de condiciones elaborados por Ayuntamientos o Comunidades Autónomas que: (i) no permitan garantizar la celebración de Ferias de primer nivel con honorarios ajustados a la categoría de toreros y ganaderos; o (ii) establezcan la experiencia y/o el canon como criterio/s fundamentales para la elección de los empresarios (en vez de la propuesta de festejos, actividades de promoción, culturales, etc.).

12. Informar de forma transparente de los resultados económicos de la gestión de cada plaza y de cada feria importante, indicando, al menos, el porcentaje de ingresos que suponen las entradas por taquilla, la televisión y otros ingresos (bar, almohadillas, etc.) y el porcentaje de gastos que suponen el canon de la plaza, los honorarios de los toreros, el coste de los toros, la inversión en publicidad, los impuestos y seguridad social, los costes asociados a la celebración del espectáculo (trabajadores, etc.) y su porcentaje de beneficios.

13. Proponer (en aquellos casos en los que esté limitado por los Pliegos de condiciones) y establecer (en aquellos casos en los que puedan hacerlo libremente) diferentes esquemas de precios de las localidades en función del interés del espectáculo.

14. Invertir en publicidad y promoción de los espectáculos y de la Fiesta, creando alrededor de las Ferias actividades que conciten el interés general y fuera de ellas eventos que acerquen el mundo de la tauromaquia a los más jóvenes y a los que habitualmente no acuden a las plazas. Dentro de la promoción se incluye la celebración de novilladas con interés (y con novillos que sean tales, no toracos contra los que estrellar a los chavales).

15. No tener ninguna ganadería, ni apoderar a ningún torero, para evitar tentaciones en la confección de los carteles o intercambios con otros empresarios.

Las cinco de las Administraciones

16. Elaborar Pliegos de Condiciones realistas donde la concesión se realice, exclusivamente, tomando en consideración la propuesta relativa a la Fiesta que realicen los diferentes licitadores (originalidad en la elaboración de los carteles, actividades culturales, promoción, acercamiento a los jóvenes, etc.).

17. Consideración y tratamiento de la Fiesta como actividad cultural y realización y apoyo de la misma similar a la que tienen otras actividades culturales (bibliotecas, cine, pintura, teatro, etc.).

18. Difusión de la tauromaquia como actividad cultural en el proceso educativo de los más jóvenes.

19. Modificación de la normativa taurina existente, de forma que se garantice que el desarrollo artístico del festejo no esté sujeto a reglamentaciones administrativas susceptibles de sanción y que los aspectos precisos para el mantenimiento de la protección de la Fiesta y el orden público son regulados de modo uniforme en toda España.

20. Creación de instituciones que permitan el acercamiento e intercambio cultural entre los distintos países con tradición taurina.

Las cinco de las autoridades (Presidentes y veterinarios)

21. Establecer mecanismos que permitan los reconocimientos en el campo y eviten bailes de corrales o situaciones indignas como las vividas este año en El Puerto de Santa María, Málaga, Sevilla,...

22. Revisión de los criterios que definen el trapío en las plazas de mayor relevancia, permitiendo la lidia de toros más ajustados en peso y presencia, pero más acordes con lo que siempre ha sido la presencia de toros de esos encastes.

23. Entendimiento de que, para la mayoría de los aficionados, lo importante es que el toro se mueva y dé juego para realizar grandes faenas. Y que en el reconocimiento debe valorarse, sobre todo, si eso será posible con los toros presentados o no (hasta donde esto puede valorarse). Pero sin entrar en otras zarandajas.

24. Asunción de que su labor es garantizar el orden público en las plazas, pero que no es ni debe ser de su incumbencia la valoración de los aspectos artísticos de la labor del torero, que es algo que sólo corresponde a la relación del torero con el público.

25. Informar de forma precisa a la finalización de los reconocimientos y de los festejos de cualquier incidencia acaecida y de cualquier intento de influencia por parte de apoderados, toreros, ganaderos, empresarios o aficionados.

Las cinco de los medios de comunicación

26. Eliminar los elementos que puedan condicionar su opinión de toreros, ganaderos o empresarios, o dar cuenta de ellos. Especialmente si lo que sucede es que algún torero no es receptivo a sus llamadas de radio o tv, que algún empresario paga al medio en el que uno trabaja por televisar la feria o paga al periodista por escribir algún artículo, dar alguna conferencia, etc.

27. Tratar de efectuar crónicas y reportajes que acerquen el mundo del toro al gran público, eliminando, hasta donde es posible, el lenguaje para iniciados, y siendo mucho más didácticos en las explicaciones.

28. Tener siempre presente que la verdad es insoslayable. Pero que una perpetua queja de lo aburridos que son todos los festejos, todos los toreros y todas las ganaderías, no es el mejor modo de hacer afición (además de suponer un sufrimiento para quien deba ganarse la vida a costa de tanta inmundicia).

29. Realizar periodismo divulgativo en relación con las ganaderías y con los toreros.

30. Realizar periodismo de denuncia en relación con Administraciones Públicas, presidentes, veterinarios, empresarios, ganaderos, aficionados,… Fomentar con su actuación la transparencia de la organización de la Fiesta.

Las cinco de los aficionados

31. Acudir a la plaza a disfrutar de la Fiesta y con los menores prejuicios posibles respecto a toreros y ganaderías, Juzgar en función de lo que realmente suceda, no de lo que a uno le gustaría que pasara.

32. Reconocer que cada torero tiene su tauromaquia y cada toro su lidia. Y que un solo espectador (o un grupo) no puede imponer con sus gritos o actuaciones un forma concreta de torear, porque puede haber muchos otros espectadores en la plaza que lo que quieren es que el torero cree su obra de arte en libertad, y si existen esos gritos y mofas, esa libertad no puede existir.

33. Recordar siempre que todos los toreros (de oro y de plata) se están jugando permanente la vida en la plaza. Y que necesitan una concentración extrema para desarrollar su labor. Aplaudir o pitar teniendo en cuenta lo anterior.

34. Formar su afición con la lectura de libros y crónicas, con la asistencia a conferencias, charlas y tertulias y con la visión de vídeos de faenas de otras épocas. Acudir, cuando se pueda, a alguna ganadería.

35. Ir a los toros en distintas plazas y ver a diferentes diestros y ganaderías. Como decían los clásicos, el mejor aficionado es aquel al que le caben más toreros en la cabeza.

Y tres comunes para todos

36. Creación de un organismo que agrupe a los diferentes estamentos relacionados con la Fiesta con el objetivo de potenciar su difusión, garantizar su autenticidad y aumentar la afición. Es decir, algo distinto a la Mesa del Toro donde, a pesar de la buena intención de muchos de sus miembros, lo que se trata de garantizar el negocio de los que están, mediante una mesa sectorial, como puede ser la de la aceituna o la del ganado porcino.

37. Institucionalización de unos Premios Anuales de la Tauromaquia, que se concedieran al final de la temporada en una Gala que permitiera difundir de forma general lo mejor de la tauromaquia.

38. Creación de algún mecanismo que permitiera la difusión de los mejores momentos de las grandes faenas de las principales ferias en los espacios informativos de los medios de comunicación, al menos, una vez a la semana con espacios de tres a cinco minutos.

miércoles, 27 de octubre de 2010

De vuelta - Resumen de noticias y novedades

Hace más de tres semanas que no actualizamos el blog y han pasado tantas cosas que necesitaríamos diez o doce entradas para ponernos al día, pero el ritmo laboral no ha permitido otra cosa.

Trato de apuntar algunas reflexiones de urgencia sobre determinadas cuestiones que han sucedido. Muy escuetas, sólo para dejar anotada la preocupación. Si hay tiempo más adelante, ya profundizaremos.

1.- El traspaso a Cultura. El debate organizado en los medios de comunicación, blogs y tertulias de aficionados ha sido de órdago. Con radicales posiciones a favor y en contra. En general, quienes son contrarios creen que no se arregla nada por ir a Cultura, que los toreros tratan de escapar de la exigencia del Ministerio del Interior y que no es bueno que unos pocos toreros (y, además, las figuras) tomen tanto protagonismo. Los favorables, creen que es un acto de justicia que coloca al toreo en la dependencia administrativa que, como actividad artística, le corresponde, más allá de otras competencias que también existen (bien por haberlas asumido las Comunidades Autónomas, bien por ser funcionalmente atribuibles a otros organismos como el Ministerio de Agricultura).

Mis reflexiones son, sobre todo, tres. La primera, que no puede existir una permanente sospecha sobre los toreros, y menos aun sobre figuras como las que están liderando estas actuaciones. Es una bendición para la Fiesta su protagonismo social. Sí creo, sin embargo, que no tiene ningún sentido hacer un cambio de Ministerio sin saber para qué se hace. Hay que tener claro cuáles son los pasos que hay que dar, en qué orden, y para conseguir qué cosas. Y hay que explicarlos en detalle. Dicho lo cual, creo que el Ministerio de Cultura es quien debe asumir la defensa y promoción de la Fiesta, como hace con el cine o el teatro. Y que el mundo del toro debe organizarse con esquemas similares al de estas actividades para realizar actividades de promoción en las que el Ministerio colabore (vuelvo a los premios anuales, recuerdo la necesidad de dar información en TV, etc.)

2.- El final de la temporada. Que ha sido, en general, poco atractivo, excepción hecha de la maestría demostrada, una vez más, por el Juli. Entre los retos que tiene el mundo del toro (empresarios, ganaderos y toreros) está el de construir una celebración "previsible" en la emoción ética y estética cada tarde. Si no, sí que estamos perdidos.

3.- Lo de Cataluña. Parece que el PP va a presentar un recurso de inconstitucionalidad. Bienvenido sea. Permitirá saber qué piensa el TC, que es quien al fin y al cabo tiene la última palabra en nuestro sistema cuando existan (y en este caso, existen) dudas sobre si una Ley es acorde con nuestra Carta Magna. Es el modo ordenado de hacer las cosas en una democracia. Y no es politizar el asunto. Politizar ha sido llevar a un Parlamento la regulación de las costumbres. Que creo que no es constitucional; pero, sobre todo, es una invasión flagrante en las libertades individuales (lo cual es mucho más peligroso que prohibir veinte o veinticinco corridas de toros).

4.- Las Azores, Sevilla y otros eventos. Se han multiplicado los eventos taurinos. No está mal, pero no hay modo de que ninguno de ellos trascienda al ámbito de los iniciados. Hay que concentrar esfuerzos y mejorar en comunicación. Nos jugamos mucho en ello. Mi enhorabuena a la iniciativa de la Escuela de Madrid (Curso para aficionados) y a la UNED (Curso de Presidentes). La formación siempre ayuda. Y a ver si es verdad lo que han dicho en Las Azores (un toro que dé más emoción, unas ganaderías que se abran más a los aficionados,...).

5.- Plazas y apoderamientos. Con la reducción de festejos y de espectadores, los números empiezan a no cuadrar en muchas plazas y para muchos toreros. Hay empresarios que han renunciado a seguir gestionando plazas y Ayuntamientos que están cambiando los Pliegos (bajando los cánones). Hay que repensar de verdad cómo está organizado esto y cómo debe/puede estarlo.

Podríamos seguir, pero no quiero aburrirles. Sólo algunas noticias de eventos en los que hemos participado últimamente.

El pasado día 17 tueve la ocasión de participar en la tertulia de "El Albero" junto a Joaquín Moeckel, José Luis Moreno-Manzanaro, Víctor Pérez y, por supuesto, Rafael Cabrera, gracias a cuya amable invitación pudimos compartir esas horas intempestivas, pero siempre cálidas cuando la Fiesta está presente. Reconozco que disfruté mucho charlando en las ondas con tan grata compañía sobre algunas de las preocupaciones que venimos exponiendo en el blog desde hace tiempo. Si alguien está interesado, puede descargarse el podcast en la página web www.cope.es.

El pasado día 21 estuve en la Jornada de Defensa de la Fiesta con la que la Universidad CEU inauguraba su X Aula de Tauromaquia. Las reflexiones de los participantes estuvieron muy interesantes y el acto estuvo razonablemente concurrido. Interesante no quiere decir que se comparta en su integridad lo que se dijo. De hecho, creo que en algunos momentos ciertos ganaderos se excedieron en la crítica a otras ganaderías y a las figuras, sin las cuales la Fiesta actualmente no existiría. Pero profundizar en ello exigiría mucho más espacio.

El próximo día 25 de noviembre participo como ponente precisamente en ese Aula de Tauromaquia, en Madrid, con una conferencia titulada "Anecdotario jurídico-taurino". Creo que pasaremos un rato entretenido (se intentará) y aprovecharé para apuntar también algunas de estas reflexiones sobre la Fiesta. Es en la calle Julián Romea de Madrid a las 19:30h.

Y el 27 de noviembre estaré en Logroño para dar también una conferencia taurina en el Otoño Cultural Taurino organizado por la Peña El Quite. El título "La tauromaquia en los Tribunales. Algunas curiosidades del toreo para el derecho". Habrá cosas parecidas a las de Madrid y otras diferentes... Es en el Centro Cultural de Ibercaja, c/ Portales (Logroño) a las 20:00h.

... Y hace ahora justo un año que aparecía en las librerías "La tauromaquia a través de sus conflictos". Muchas gracias a todos los que me han animado por su publicación. Jamás imaginé que me diera tantas alegrías y me permitiera conocer a tanta buena gente.

(De José María Jurado les informo que ha presentado en la Casa del Libro de Sevilla su bellísimo libro de poemas "La Memoria frágil" y que anda también bastante atareado. Aunque seguro que pronto vuelve a dejarnos retazos de su magisterio por aquí. Lo esperamos ansiosos).

jueves, 7 de octubre de 2010

La tauromaquia como parte del patrimonio cultural

(Es un poco largo -quedan advertidos-. Pero creo que merece la pena)

El pasado día 30 de septiembre tuve ocasión de participar en unas Jornadas organizadas por la Universidad Católica de Valencia, la Diputación de Valencia y la Generalitat valenciana sobre la protección de la tauromaquia en el marco de las competencias autonómicas en materia de protección del patrimonio cultural. Hay que aplaudir iniciativas como estas en las que la Universidad permite un debate sosegado y riguroso sobre la tauromaquia y lo acerca a los más jóvenes (el Aula Magna estaba llena de alumnos de los dos primeros cursos de la Facultad de Derecho). Mucho tiene que ver con esta iniciativa su Decano, José Vicente Morote, gran jurista y muy buen aficionado.

Mi conferencia se titulaba “La Fiesta de los toros como parte del patrimonio cultural”. En primer lugar hice una pequeña exposición sobre cómo la tauromaquia ha dejado de formar parte de la realidad cotidiana de la sociedad, cómo para la mayoría de nuestros conciudadanos la tauromaquia es algo invisible, algo de lo que probablemente no habían oído hablar nunca o lo han hecho escasamente en programas de información general en los últimos cinco o seis años, salvo si se trataba de alguna noticia relativa a José Tomás, como su reaparición o su cogida en Méjico. Este ninguneo sólo se ha roto cuando el debate en el Parlamento catalán lo ha vuelto a sacar a la luz pública y lo ha colocado en el debate social. Explicaba cómo, a mi juicio, esto ha sucedido por la incapacidad que ha tenido el mundo del toro para adaptar sus estructuras y su organización a lo que exige una sociedad compleja y mediática como la actual. Y cómo, para mí, en una sociedad como ésta cada festejo taurino tiene que ser un acontecimiento único por el que merezca la pena dejar casi todo. Y un acontecimiento que rebase los límites de los taurinos de siempre. Sólo de este modo se volverá a tener una repercusión social que se ha perdido, y sin la cual es imposible (o muy difícil al menos) asegurar la pervivencia de la Fiesta en el medio plazo.

Defender la Fiesta de los toros como parte del patrimonio cultural implica, por eso, establecer unos esquemas de organización de la Fiesta coherentes con este planteamiento. Y las Administraciones tienen que tenerlo claro y actuar en consecuencia.

Que la tauromaquia es cultura, es arte, es algo evidente: forma parte de las creaciones simbólicas y rituales que nos identifican. Y este carácter cultural de la tauromaquia no lo niegan, incluso, algunos de los antitaurinos más feroces. Su crítica no se realiza a la belleza que pueden tener ciertos momento de la lidia, sino al hecho (para ellos moralmente inaceptable) de que para esa creación artística se “utilice” a un animal y se le haga sufrir. El debate con los antitaurinos, por tanto, es un debate moral y no tanto un debate estético.

* * * * *

A partir de aquí, mi intervención se centró en cinco puntos. En primer lugar, realicé un breve análisis de lo que supone legalmente en la Comunidad Valenciana y en España el patrimonio cultural. Y, en concreto, el patrimonio cultural inmaterial. Repasando la definición de esta normativa es claro que la Fiesta es parte de este patrimonio cultural (tradiciones, ocio, “conocimientos y actividades que son o han sido expresión relevante de la cultura tradicional del pueblo español en sus aspectos materiales, sociales o espirituales”, etc.).

Pero lo más curioso es que la definición de la UNESCO del “patrimonio cultural inmaterial” contenida en su Convención de 17 de octubre de 2003 para la Salvaguardia de este Patrimonio Cultural Inmaterial se acomoda perfectamente a la tauromaquia. Dice así:

“se entenderá por ‘patrimonio cultural inmaterial’ los usos, representaciones, conocimientos y técnicas –junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentido de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana”

Parece hecha específicamente para la Fiesta: celebración de la corrida de toros, con el conocimiento y la técnica precisa que requiere la lidia, junto con el instrumental específico para ello (capotes, muletas, estoques, trajes de luces, montera, castoreño,…), propiciando espacios culturales creados específicamente para su representación como son las Plazas de Toros, reconocida por grupos e individuos (Lorca, Miguel Hernández, Alberti, Hemingway,…) como parte de su cultura, transmitido de generación en generación, permitiendo así interactuar con la naturaleza y con la historia “infundiéndoles un sentido de identidad y continuidad” y constituyendo un elemento básico de diversidad cultural que contribuye de modo excepcional a la creatividad humana en sus más diversas variantes: desde la del propio torero en el ruedo hasta los que confeccionan sus trajes de luces, quienes diseñan las plazas de toros, quienes componen pasodobles, pintan carteles o se recrean en la Fiesta para sus creaciones literarias, pictóricas o escultóricas.

Sólo esto sería ya suficiente. Pero hay en la misma Convención dos elementos más fundamentales. El primero, es que se indica que el único patrimonio cultural digno de tenerse en cuenta es aquel que “que sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible”. Es decir, el único límite moral establecido son los “derechos humanos” y el respeto entre las comunidades, grupos e individuos, algo que (obviamente) la tauromaquia respeta. Y, además, el punto 2 del artículo 2 señala que “El ‘patrimonio cultural inmaterial’ (…) se manifiesta en particular en los ámbitos siguientes: a) tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial; b) artes del espectáculo; c) usos sociales, rituales y actos festivos; d) conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo; e) técnicas artesanales tradicionales”. Y en la tauromaquia se dan todos los apartados: expresiones orales y giros prestados al idioma, consideración como “arte del espectáculo”, “uso social, ritual y festivo”, modo de “conocimiento y uso relacionado con la naturaleza” y expresión que permite el mantenimiento de no pocas “técnicas artesanales tradicionales”. Lo tenemos todo.

* * * * *

Como segundo aspecto, me referí al debate moral sobre la utilización de animales en espectáculos públicos, analizando si esta “utilización” puede suponer que una determinada actividad no pueda ser considerada “cultura” por este motivo.

Y es evidente que no. En primer lugar, porque el único límite (UNESCO dixit) viene establecido por los “derechos humanos”, que nunca se verán afectados por un ritual como la corrida de toros (otras manifestaciones culturales sí pueden hacerlo, y así lo recuerda Savater en “Tauroética” cuando habla de los “castrati”).

Y, además, porque el trato que se le da a los toros durante la lidia no es ni degradante ni indigno, sino un ejemplo de trato ético a los animales, al ser el conforme a su naturaleza, como ha recordado Francis Wolff (“La filosofía de las corridas de toros” o “50 razones para defender la corrida de toros”, entre otras). Además de otras razones que expone Savater (“Tauroética”) o de los estudios del catedrático de la Facultad de Veterinaria de la Complutense de Madrid, D. Juan Carlos Illera en los que ha demostrado que la segregación de inhibidores del dolor durante la lidia por el toro hace que éste “sufra” más en el traslado a la plaza que durante la propia faena en el ruedo.

Por último, y volviendo a la UNESCO, en su página web puede comprobarse que uno de los rituales considerado “patrimonio inmaterial” es el “sanké mon”, un rito de pesca colectiva en una laguna de Mali que se celebra los segundos jueves del séptimo mes lunar y que, según la propia UNESCO, da comienzo con el sacrificio de gallos y cabras y a continuación tiene lugar una pesca colectiva que dura quince horas. Y no es que se deba comparar ese ritual con la tauromaquia, ni los peces, los gallos o las cabras con los toros de lidia, pero sí subrayar que multitud de rituales colectivos tiene en el sacrificio de animales un elemento sustancial y que esto no es obstáculo para su consideración cultural.

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La tercera cuestión a la que me referí fueron las características de la tauromaquia que la hacen formar parte de este patrimonio cultural. Y desde la tauromaquia “en sí”, porque se escuchan con frecuencia argumentos para defender el carácter cultural o artístico de la tauromaquia basados sólo en el modo en que ha servido de inspiración a otras artes “tradicionales”. Y creo que esto es un argumento tramposo. El hecho de que una actividad sirva de inspiración para hacer un gran cuadro no convierte en artístico el motivo de inspiración ni legitima lo que de inmoral pueda tener. Hay cantidad de obras de arte que se han inspirado en verdaderas atrocidades del ser humano que no por ello se convierten en aceptables.

Por eso de lo que se trata es de analizar si la tauromaquia en sí tiene valores que la convierten en una manifestación artística o cultural. Y a mi juicio es evidente que así es. Sobre todo, por concentrar tres de los elementos más genuinos de cualquier creación cultural y artística: el ritual, la liturgia y la estética.

La tauromaquia es, sobre todo, un “ritual”. La corrida de toros es una depuración simbólica de ritos de celebración antiquísimos en el mediterráneo, en el que el toro es un tótem y su muerte es un símbolo sacrificial. Un sacrificio como “ofrenda”, como “comunión” o para la obtención de un favor de la divinidad. (Libros como el de Álvarez de Miranda, de 1962 -“Ritos y Juegos del toro” o el más reciente de Cristina Delgado -“El toro en el mediterráneo”- lo acreditan de forma evidente). En este último, se explican detalladamente los rituales de muerte asociados al toro, el toro como símbolo de fertilidad masculina y del poder telúrico, ritos funerarios asociados con el toro y los juegos del hombre y el toro desde la antigüedad. En la lidia convencional actual del toro no queda casi nada de aquellos juegos lúdicos de la antigüedad. Pero esto es precisamente lo que hace más grande a lo taurino, que ha sido capaz de mantener el rito sacrificial del toro, el simbolismo que encierra, adaptando su estética y su liturgia a las evoluciones sociales y convirtiendo en una actividad artística en sí el modo en que ese sacrificio, ese rito, tiene lugar.

Además, la tauromaquia tiene su componente “litúrgico”. Todo ritual tiene su liturgia y el toreo tiene una liturgia (un modo de celebración) lleno de matices y de grandezas. Desde el despeje de plaza de los alguacilillos hasta el modo en que los toreros salen de la plaza después de acabado el espectáculo (volviendo sobre sus pasos al patio de cuadrillas o a hombros por la Puerta Grande) todo lo que sucede en la plaza tiene un sentido funcional o simbólico. Por eso creo que es tan importante mantener esta liturgia. Y explicarla a los más jóvenes. Por eso es esencial que en el ruedo se haga todo bien, perfecto. Si es así, hasta los neófitos reconocen lo grande y particular que es la Fiesta. (Como aquel 2 de mayo de 1996 de Joselito…).

Como lo es el tercero de los requisitos a los que me refería: la estética. El refinamiento del ritual del toro se produce a través de una liturgia cada vez más precisa y una estética cada vez más honda. La creación de belleza del torero frente al toro es indudable. Y sólo por eso bastaría para reivindicar su carácter cultural y artístico. (Aquí, comenté algunas de las grandes tardes de toros vividas y cómo en la actualidad hay diestros que encarnan la estética como nadie, desde Morante a Ponce, al que, estando en Valencia, hay que hacer un recuerdo especial).

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Un cuarto aspecto es aludir a algunas de las manifestaciones culturales “tradicionales” o “convencionales” a las que la tauromaquia ha servido de inspiración. Y es que, aunque sea una trampa justificar la naturaleza artística del toreo con base sólo en su carácter de “musa inspiradora”, lo que es evidente es que una vez justificado el carácter cultural autónomo de la tauromaquia esta explosión artística que genera es un importante elemento de refuerzo de su carácter cultural.

Para repasar las relaciones del toreo con la cultura basta con leer El Cossío. Creo que es difícil encontrar ninguna otra manifestación de cultura popular que tenga una enciclopedia tan completa, documentada y fiable. Casi todo está ahí. En el ámbito artístico, su tomo 8 (me refiero a la edición de 2007) es un compendio completísimo de la presencia del toreo en literatura (novela, poesía, teatro, género chico) y periodismo. Los tomos 9 y 10 incluyen la relación del toreo con otras artes: el tomo 9 se dedica a las artes gráficas, con Goya y Picasso como autores básicos, pero incluyendo también explicaciones y referencia al cartel de toros, el humorismo taurino,…; el tomo 10 se ocupa de las relaciones del toreo con la música, el cine, el flamenco, el cine o la fotografía. Son más de 2000 páginas en las que no está todo, pero, desde luego, da una explicación más que completa para cualquiera que quiera honradamente acercarse a esta relación del toreo con el arte.

Además de esta referencia imprescindible, Andrés Amorós escribió en 1987 dentro de la colección “La tauromaquia” de Espasa Calpe, un interesante libro titulado “Toros y Cultura” y años más tarde, en 1993, un librito titulado “Escritores ante la Fiesta” en la que desgrana la relación de algunos escritores con la tauromaquia.

Quienes tengan dudas pueden acudir a estos libros, entre otros muchos, y si lo hacen con una mínima ecuanimidad verán que cualquier prejuicios sobre si los toros son españolistas, rancios, de una ideología o de otra, se diluirán de forma inmediata. Como recordábamos en este mismo blog este verano al hablar de Rafael Alberti en la visita a su museo.

En todo caso, si hay algo sobre la relación del toreo con el arte que hay que destacar es que no podemos vivir de los clásicos. Si repasamos las citas que se realizan para explicar las vinculaciones del toreo con el arte, casi siempre es de autores que murieron hace muchísimos años, cuando también en la actualidad se están haciendo cosas nuevas e interesantes. Creación nueva, con formatos nuevos y actuales. Artistas de hoy a los que hay que dar paso cuando se trata de hacer los carteles, la publicidad, los libros, las reseñas,… Hay mucho que avanzar en este campo. José María y Pablo, por ejemplo, han dado un gran paso, del que también hemos dejado rastro por aquí.

* * * * *

Y en último lugar, hice mención a referencias en diferentes textos legales y sentencias que apoyan también la consideración de la tauromaquia como parte de nuestro patrimonio cultural.

La primera referencia legislativa es la obvia: tanto la Ley 10/1991, de 4 de abril, sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos como el Reglamento 145/1996, de 2 de febrero por el que se desarrolla la anterior consideran la tauromaquia como un evento cultural. En la Ley de 1991, como título competencial para su promulgación, la Exposición de motivos alude a su competencia exclusiva para el fomento de la cultura, lo cual, dice el propio texto, exige deslimitar las facultades que corresponden en la materia al Ministerio del Interior y a los Gobernadores Civiles. El Reglamento, por su parte, señala que la fiesta de los toros debe ser “entendida en el amplio sentido de sus diversas manifestaciones que se encuentran arraigadas en la cultura y aficiones populares” y reconoce sus propias limitaciones al indicar que la “esencia misma del espectáculo, la lidia del toro bravo, no puede ser objeto de una regulación pormenorizada de todas sus secuencias, al estar sujeta a otro tipo de normas, tanto o más esenciales que los preceptos administrativos, motivadas por criterios artísticos”.

La segunda referencia legislativa o administrativa es también conocida y ha sido bastante repetida en los últimos tiempos. Desde hace ya bastantes años, el Ministerio de Cultura incluye entre los premiados con la Medalla de las Bellas Artes a un torero. Y esa Medalla reconoce a personas que han destacado en el campo de la creación artística y cultural o han prestado notorios servicios en su difusión. Es evidente que la inclusión reiterada a lo largo de los años de profesionales de la tauromaquia entre los premiados (más allá de lo que cada uno opine sobre la procedencia o no de cada elección) es una constatación evidente de que legal y administrativa la tauromaquia es considerada una actividad artística.

También los Tribunales lo han entendido así. Como cuando el TSJ de Cataluña consideró ilegal la prohibición de la representación de la Ópera Carmen en versión de Távora por incluir el rejoneo de un toro, indicando el TSJ que esa prohibición (después de una sentencia anterior que anulaba un primer acto de la administración prohibiendo el espectáculo) es “un ejercicio de añeja, y aún vergonzante, censura, en la más ruda acepción del término”. Y es que “bajo la apariencia de autorizar el espectáculo, sometiéndolo a la condición de supresión en el mismo del rejoneo, viene, en definitiva, a prohibir una parte de la total creación artística”.

O aquella otra del Tribunal Supremo que, al anular una sanción impuesta a Curro Romero después de una tarde aciaga en Madrid, dijo que la supuesta alteración del orden público que se alegaba por la Administración “posiblemente tenga su representatividad en el curso de una ‘tarde de toros’ en la que el valor, el arte, la maestría y el dominio que son cualidades deseables para llevar a cabo artística y correctamente las faenas de la lidia de un toro bravo se vean frustradas por las razones que fueren capaces de dar paso a un estado anímico en el que el temor, la desconfianza, la irresponsabilidad e incertidumbre sean la tónica bajo las cuales discurren esas faenas”. Curro, hasta en sus peores tardes era genial. En esta consiguió que el Tribunal Supremo hablara de arte, maestría, dominio y valor como cualidades inherentes a la tauromaquia.

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En la despedida expliqué cómo no quería entrar en el debate competencial porque, como recordó el profesor Tomás Ramón Fernandéz en el Congreso Taurino de Sevilla, la Constitución impone a todos los poderes públicos la protección de nuestro patrimonio cultural, y no permite a ninguno (sea el Estado, sea una Comunidad Autónoma o un Ayuntamiento) su prohibición o degradación.

Y apelé a los políticos para que, si realmente se considera que la tauromaquia es una manifestación cultural, más allá de cómo se proteja, de que se declare o no Bien de Interés Cultural, lo que hay que hacer es tratarla como tal. Y eso implica desde hacer unos pliegos de condiciones para adjudicar las plazas que tengan este elemento cultural como principio rector (y no el canon ni la televisión ni la experiencia), hasta desarrollar programas de formación, de educación y de patrocinio relativas a la tauromaquia. Desde hablar con normalidad de los festejos taurinos hasta difundir los acontecimientos taurinos como parte de la cultura en los espacios de prensa, radio y televisión.

Esta es su labor. Igual que es labor de los profesionales taurinos (ganaderos, toreros, empresarios) hacer que la Fiesta sea cada vez más íntegra, emocionante y estética (¡nunca aburrida!). Igual que es labor de todos (aficionados o no) reivindicar nuestros espacios de libertad frente a quienes quieren utilizar el poder de los parlamentos y las mayorías para recortarla.

Vargas Llosa Premio Nobel de Literatura de 2010

El genial Vargas Llosa, liberal y aficionado taurino, ha sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura de 2010. Más allá de lo que cada uno opine del galardón (que te conozco, José María,...) lo cierto es que "algo" de prestigio aún le queda (Borges mediante).

Mario ha defendido con contundencia la tauromaquia como arte y ha argumentando con rigor que su prohibición es un atentado contra la libertad. Fue pregonero de la temporada sevillana hace unos años.

Enlazo uno de sus últimos artículos sobre la tauromaquia... y la langosta

domingo, 3 de octubre de 2010

Madrid (3 de octubre de 2010) - Vuelta a la peor normalidad

Lo de ayer fue un espejismo. Una ilusión de la que aún hoy seguían hablando los cabales. Por cómo estuvo Juan Mora, natural, hondo, añejo, y por cómo le siguieron Curro Díaz y Morenito (sobre todo, el toreo de éste por la izquierda).

Hoy, la corrida del Puerto de San Lorenzo no ha servido y se han estrellado con ella Alberto Aguilar (que confirmaba), Urdiales y Tendero.

Aguilar es un torero de gran predicamento en Francia donde ha conseguido labrarse un importante cartel a base de demostrar su valor y calidad con corridas muy duras. Pero hoy, ni por esas. Con el toro de la confirmación la faena fue de más a menos, con una primera serie buena seguida de otras más irregulares y el toro que se rajó enseguida impidiendo nada más. En el quinto, un toro fatalmente lidiado, trató de brindar al público, pero el ambiente en la Plaza era de tal escándalo (el Presidente había cambiado el tercio sin que hubiera cuatro palos clavados en el costado del animal) que desistió. Me pregunto qué sentido tenía seguir haciendo pasadas en falso frente al toro, pero a algunos parace que debe hacerles ilusión ver pasarlo mal a los banderilleros, cuando era evidente que no podía haber nada lucido. Y yo, al menos, no voy a la plaza para darme el gusto de que el personal cumpla el Reglamento porque sí. En la muleta ese toro mete la cara (el único del encierro que lo hizo) pero se queda muy corto y le costaba repetir. Aguilar alternó series de cierto interés con otras menos lucidas y mucho menos confiado. Al final, inexplicable aplausos al toro y tímidos aplausos al torero que se tornaron en división cuando salió a corresponder desde el tercio.

Urdiales no tuvo ocasión con ninguno de sus dos toros y a pesar del ahínco que demostró era materialmente imposible. Sólo podía haber abreviado, que no hubiera sido mala decisión teniendo en cuenta cómo iba la tarde. Apuntar la insensatez de que el segundo saliera con los crotales puestos y las feísimas hechuras del cuarto, con unos pitones largos y abiertos de horrorosa conformación.

Tendero en el tercero demostró que tiene una muy buena cuadrilla, pero ante el toro soso sólo consiguió dar pases que no transmitieron absolutamente nada. El sexto fue un toro que pesaba 649 kilos, 140 más que el toro más chico del encierro. No dio ninguna facilidad, se pasó toda la lidia andando y huyendo del castigo. En la muleta Tendero no se dio coba y le hizo una faena de castigo porque el toro siempre quiso cogerle con malísimas intenciones.

Nuevo despropósito. Nueva ocasión perdida para los aficionados. Nueva oportunidad mentirosa para toreros a los que sólo se podrá medir con toros que permitan hacer algo lucido.

sábado, 2 de octubre de 2010

Madrid (1 de octubre de 2010) - Apuntes de Talavante en la víspera de Juan Mora

Por razones familiares no he podido estar hoy en Las Ventas. Era un cartel original de los que despiertan ilusiones que luego, habitualmente, la realidad se encarga de frustrar. Pero que cuando cuajan dejan un poso importante. Me comentan buenos aficionados que han estado en la plaza que Juan Mora ha estado en torero añejo, con un poso, un gusto y un empaque tremendamente singulares. Justo lo que hace falta, dicen, y con razón, en una época de tanta vulgaridad y estandarización. Ha habido, al parecer, una media de ensueño y dos tandas de naturales en los que se ha demostrado por qué se llama así ese pase, porque se ejecuta sin afectación y con hondura. Como ha hecho Juan Mora. Una pena habérmelo perdido después de la cantidad de corridas malas y sin sabor que ha habido que soportar este año en Las Ventas. Curro Díaz y Morenito de Aranda se han contagiado y también han dejado buenos apuntes.

Importante este renacer de Juan Mora. Una ilusionante alternativa, como habíamos comentado este año, para que la próxima temporada abra los carteles de José Tomás. ¿Se imaginan el Domingo de Resurrección en Sevilla a Juan Mora, José Tomás y Morante?

Queda pendiente también hablar del excelente Congreso Taurino de Sevilla, de las dos malas tardes de toros que vivimos (indignante lo del domingo). De la Jornada Taurina organizada por la Universidad Católica de Valencia en la que tuve el placer de poder conferenciar sobre la tauromaquia como parte del patrimonio cultural… A ver si a partir de la próxima semana vamos teniendo tiempo.

De la tarde de ayer en Las Ventas destacar el gusto y la torería de Talavante en una faena irregular pero con momentos de gran intensidad, como ese comienzo de faena de muleta en la que sorprendió en medio de la tanda de ayudados con una espaldina que metió a toda la plaza en la faena. Luego hubo buenos muletazos entre los que destacó un natural soberbio y grandísimos adornos (sobre todo algunas trincherillas con muchísimo gusto). Del sexto (se corrió turno por una lesión en el dedo) poco que contar.

Oliva Soto confirmó alternativa con un toro de Núñez del Cuvillo que fue a más a pesar de la lidia infame que le dieron (¡vaya cuadrilla mala que llevaba el sevillano!). No consiguió acoplarse Oliva y sólo destacó la primera serie. Luego, faltaba ajuste, decisión y temple. Tampoco se le vio sereno con el quinto, al que dio bastantes pases pero sin transmitir nada a los tendidos. Una pena la ocasión malgastada. Deberá reflexionar y torear mucho en el campo este invierno para ver si puede romper de verdad en ese torero de gusto y gracia que dicen haber visto y sueñan a la vez los aficionados de Sevilla.

El Cid estuvo desconfiado. Intentándolo con pundonor, pero sin el sitio verdadero. Se le vio con ganas de agradar, pero sin la colocación, el toque y el temple que le hemos visto otras veces. No se le puede negar su voluntad de hacer las cosas de verdad, pero ayer no fue un día de ideas claras para él. Tiene también que descansar y ahondar en su toreo este inverno el de Salteras.

Una tarde, en fin, que demuestra lo duro que es esto. Y que presagiaba una tarde de grandeza como la de hoy. Dos extremeños que han hecho de los mejor de este año en Las Ventas.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Tauroética - Fernando Savater

Ayer viernes se presentó en la Plaza de Toros de Las Ventas el libro "Tauroética" de Fernando Savater, un libro que, como se indica en su contraportada, "no es un alegato a favor de las corridas de toros, sino contra las argumentaciones moralistas de quienes quieren suprimirlas".

El libro, aunque formalmente está dividido en dos partes, tiene realmente cinco partes bien diferenciadas.

- La primera es un prólogo cabal, claro y ameno en el que el autor enmarca la problemática a la que quiere dedicar su atención: el debate ético que plantean las propuestas abolicionistas sobre lo que debe ser nuestra relación con los animales.

- La segunda (la principal novedad del libro y su objeto más preciado) es un ensayo denominado "Nuestra actitud moral ante los animales" en el que glosa de modo didáctico y riguroso la evolución del pensamiento filosófico sobre las condiciones morales en las que los humanos debemos relacionarnos con los animales y su aplicación a la tauromaquia. En realidad, el libro es este ensayo aunque, probablemente por su brevedad, se haya querido acompañar de otros escritos del autor sobre esta materia. En todo caso, las algo menos de cuarenta páginas que ocupan esta reflexiones son de una brillantez realmente apabullantes. El argumento central no es una novedad: nuestra relación ética con los animales no es una relación de igualdad, sino una relación en la que es moralmente aceptable privilegiar los intereses de nuestra especie sobre los "intereses" o instintos del resto de los animales. Y, en consecuencia, los animales no son titulares de "derechos", sino que las leyes y valoraciones morales que debemos realizar sobre nuestro comportamiento con las demás especies se tendrán que efectuar en atención a lo que ello implica para nosotros, no para ellos. No es, por tanto, la novedad del planteamiento central lo que resulta llamativo, sino la explicación de la tradición en la que los "animalistas" hacen converger moralmente el comportamiento de (entre) todas las especies, colocando al ser humano en una situación en la que debe aceptar cualquier comportamiento instintivo de las demás especies (ya que no le puede exigir otro) y, sin embargo, debe resignarse a no actuar él de igual modo. La racionalidad, para estos sujetos, supone una limitación a nuestro comportamiento, no un elemento que nos coloca en un nivel superior al del resto de las especies. O sea, la locura.

- La tercera parte es el texto del pregón de la temporada taurina sevillana que el autor pronunció en 2004, un pregón que no se encuentra, a mi juicio, entre los más brillantes, pero que sí tiene hallazgos y reflexiones de mucho interés. Este texto estaba publicado por la Maestranza en una edición sencilla pero de calidad. En todo caso, como tantos otros escritos en el ámbito taurino, no era fácil de encontrar. Incluirlo en el libro es un modo de darle una difusión que de otro modo probablement jamás hubiera alcanzado.

- Una cuarta parte lo componen cuatro artículos periodísticos de temática taurina escritos por el autor en 2005, 2008 y 2010 (2). De entre los cuatro me quedo con "Malos pasos" un artículo que no tiene nada que ver con el debate sobre la prohibición de los toros, ni sobre la ética, sino que relata una anécdota sucedida una tarde en Madrid en la que acudió a ver a Curro Romero junto a otros amigos (entre ellos Rafael Sánchez Ferlosio) y ante la invalidez del toro y los gritos de "¡cojo, cojo!", "Ferlosio, sublime como sólo él sabe serlo, bastón en mano cual pastor tratando de reunir a su disporso rebaño, gritó: '¡Dejadle en paz! ¡No está cojo! ¡Es su forma de andar!'" Algo que Savater decidió aplicar a tanta bronca mediática como tenemos que vivir en este país. Del artículo, además, destaco la interesante apreciación del público de Madrid, del que dice que era "bronquista y alguacilesco", ya que "Muchos iban más a censurar que a disfrutar... o sólo disfrutaban censurando: a voz en cuello, claro". ¡Qué poco hemos cambiado", aunque lo cierto es que probablemente de quienes así actúan también habría que decir aquello de que "No están cojos: es su forma de andar".

- La quinta parte, la "Despedida" es una cita genial de Ignacio Sánchez Mejías: "El mundo entero es una enorme plaza de toros donde el que no torea embiste. Esto es todo. Dos inmensos bando: manadas de toros y muchedumbres de toreros, y, en consecuencia, es la lucha por nuestra propia vida la que nos obliga a torear".

Un gran libro, como digo, aunque realmente inédito sólo sean cuarenta o cincuenta páginas (prólogo y ensayo). Pero de una calidad suprema, que se unen a la de otros textos que le dan una importante coherencia e interés a la obra. Más aún en estos tiempos azarosos donde, frente a los dogmatismos y la violencia de los antitaurinos, cualquier reflexión serena y ponderada (y la de Savater lo es) es bienvenida.

(Sólo una crítica realmente honda a la argumentación del autor. Por dos veces propone los debates sobre el aborto como ejemplo de debates dogmáticos donde algunos tratan de imponer su moral como única aceptable. A mi juicio el debate sobre el aborto tiene una entidad de mucha mayor complejidad porque dependiendo de qué momento consideremos que es el que determina el nacimiento de una vida humana podrá plantearse cuál es el nivel de protección -civil, administrativo o penal- que deba establecerse para cualquier ataque frente a la misma. Con independencia de cuáles sean los argumentos que uno pueda tener a favor o en contra de la despenalización del aborto, equiparar su discusión a la mantenida respecto a la tauromaquia es incurrir en la misma sinrazón que Savater denuncia de los antitaurinos al confundir la sangre animal con la humana: "la barbarie no consiste en tratar con inhumanidad a los animales, sino en no distinguir el trato que se debe a los humanos y el que puede darse a los animales").

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Plaza de toros, obra gráfica, ya a la venta

Ahora que se va terminando la temporada y se acercan las Navidades, el tiempo de los regalos y la felicidad, ¿qué mejor presente que una de estas preciosas láminas?

PLAZA DE TOROS, OBRA GRÁFICA

(La tauromaquia de Pablo Pámpano)

He tenido la oportunidad de verlas impresas en papel Turner y pareciera que los toros embisten y los toreros, torean. Auténtico 3D, acabado japonés.

Si ya has leído el libro
no te pierdas la película.


ANTONIO ORDÓÑEZ, por Pablo Pámpano

martes, 14 de septiembre de 2010

Albacete (13 de septiembre de 2010) - ¡Vaya panda!

Acudía por primera vez a los toros a Albacete en una jornada que añadía relaciones profesionales a la camaradería de los miembros de la expedición. Cuando clientes que tienen intereses empresariales en aquellas tierras, sabedores de mi afición taurina, me pidieron hace ya tiempo que les indicara una buena corrida, sin ni siquiera ver los carteles les dije que a quien había que ir a ver era a Morante (o se lo había dicho incluso antes, todo es posible...). No me había percatado de que los toros anunciados eran de Juan Pedro.

Cuando llegamos a la plaza y vimos la nota que anunciaba que Morante se había caído del cartel la decepción fue completa. Decepción que se tornó en cabreo cuando repasamos las noticias de los portales taurinos y hablamos con los buenos aficionados que encontramos por allí que nos comentaron que se habían tenido que reconocer esa mañana diecinueve toros y que D. José Antonio había alegado gastroenteritis.

Por ser claros: yo no sé si Morante tenía o no gastroenteritis. Lo que decían muchos es que se negó a torear cuando se montó el lío de corrales y no se aprobaron los toros reseñados en el campo. Y parece que también porque su apoderado, Curro Vázquez, tenía enfrentamientos anteriores con el Presidente. Si es así (que no tengo ni idea, pero puede ser) lo de la gastroenteritis es una excusa perfecta para evitar una sanción. Pero lo razonable sería que el torero pudieran decir libremente que no toreaba porque él se había comprometido a torear unos toros concretos y no otros. Con transparencia.

Y desde luego, como hemos comentado ya otras veces (tardes del Puerto de Santa María, de Málaga,...) lo que no es de recibo es que los reconocimientos se hagan el mismo día de la corrida por la mañana. ¿Qué pasa con la gente que viaja para ver una tarde de esta? ¿Por qué les tienen que estropear manifiestamente el plan? ¿No es más razonable que se viaje al campo y los veterinarios aprueben o rechacen desde allí los toros?

El modo de "proteger" los derechos de los aficionados es decimonónico e ineficaz. Lo único que hace es perpetuar el poder de señores que a base de velar por la supuesta seriedad lo único que hacen es joder la Fiesta. Léase Presidentes y Veterinarios. Quienes me acompañaban, por ejemplo, tienen claro que un espectáculo así no es lo que quieren ver, no es nada que les emocione. Que no es de recibo ir a ver un cartel y que por decisiones de una sola persona la misma mañana se pueda organizar el desaguisado este. ¿Es así como piensan atraer a nuevos espectadores a las plazas? Ni de broma.

De todo lo que vimos por allí el único que estuvo en su sitio fue un policía nacional de los que andaba cerca de las taquillas. Como sucede cuando hay cambio de cartel existía la posibilidad de devolver las entradas, derecho que algunos ciudadanos estaban ejerciendo. Quince minutos antes de la hora de inicio de la corrida el taquillero cerró la ventanilla habilitada al efecto con el consiguiente cabreo del personal. Las empresas leen el Reglamento sólo a medias, porque lo que este dice es que en caso de modificación del cartel los espectadores tienen derecho a devolver su entrada hasta quince minutos antes, salvo que en ese momento siga habiendo gente que quiera hacerlo en cuyo caso sólo cuando esta demanda finalice (ininterrumpidamente), acaba la devolución. El policía nacional dijo que el personal no se preocupara, que él tomaba nota de lo estaba pasando para dar el parte correspondiente. Alguien dio aviso a la empresa, que en breve abrió nuevamente la taquilla.

En el ruedo, Cid, Talavante y Pinar estrellaron su voluntad con una corrida descastada y sin fuerza y ante un público enfandado hasta el extremo con el Presidente. Los tres primeros fueron absolutamente infames de presentación y juego (el segundo, completamente anovillado). La segunda parte mejoró ligerísimamente el sopor. El Cid en el cuarto toreó bien con el capote de recibo y en un breve quite; luego de dos pares muy buenos de Boni dio dos series buenas con la derecha y sacó naturales de uno en uno; pero sin emoción es muy difícil. A Talavante le faltó apostar y jugársela a sacar desde el principio los pases buenos que tuviera el animal. Y Pinar en el sexto toreó bien al menos malo de la corrida por el pitón derecho, aunque con poco ajuste, y le costó acoplarse por la izquierda; nos quedamos con la sensación de que algo más podría haberse sacado. Pero la gente estaba harta y desanimada.

No, señores. Lo que pasó en Albacete no es de recibo y no es propio de una plaza del prestigio de esta. Cada vez más, cada corrida tiene que ser un acontecimiento. Algo por lo que merezca la pena viajar e ilusionarse. Y que tenga una previsibilidad mucho mayor. Si no, será difícil incorporar a más gente a la afición, a la gente mejor, la más cabal.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Pozuelo de Alarcón (10 de septiembre de 2010) - Así no hacemos afición

No había ido nunca a la plaza de Pozuelo de Alarcón. Pozuelo, para los lectores que no conozcan bien los alrededores de Madrid, es un pueblo que no dista más de diez o doce kilómetros de la capital, con un nivel de vida bastante alto y que alberga en su término municipal y aledaños lujosas urbanizaciones. Un lugar, en fin, que tiene a menos de media hora en coche a varias decenas de miles de aficionados, como poco. Aún así el viernes se anunciaba una corrida con El Cid, César Jiménez y Daniel Luque y la plaza (portátil y con no demasiada capacidad) no tenía más de la mitad de sus localidades ocupadas. Y del público, buena parte eran peñistas locales (para quienes, supongo, las entradas tendrán un precio especial) y otro buen puñado (estoy casi seguro) "compromisos" del Ayuntamiento con quienes tampoco pasan por taquilla. Al final, no sé si habría más de quinientas o seiscientas personas que hubieran pagado su entrada.

Esto, obviamente, tiene bastante poco sentido. Y menos aún cuando la tarde transcurre como el viernes: con seis toros de Rivera de Campocerrado manifiestamente descastados e inválidos que impidieron absolutamente el triunfo a pesar de las ganas de los tres espadas. Sólo destacar algunos lances de Luque al tercero y Cid al cuarto, la variedad de Jiménez con el segundo y alguna serie de Luque al tercero. Además de buenas estocadas de Jiménez (segundo) y Luque (tercero). Poquísimo para un festejo de este tipo.

Para colmo, la presidenta quiso tener su minuto de gloria y obligó a que picaran por dos veces al segundo toro de El Cid, que se enfadó con razón. No es que el toro fuera a durar mucho más, pero tampoco había razón alguna que justificara un segundo encuentro con el caballo más que el empecinamiento de la concejala de turno que supongo que querría dar algo de seriedad a la plaza. De chiste.

Estos festejos no tienen sentido. No tiene sentido que un Ayuntamiento dilapide su dinero en cosas así (como no tiene sentido que lo gaste en otras muchas cosas). Organizar un festejo taurino tiene razón de ser cuando el festejo garantiza una mínima seriedad y rigor. Y eso atraerá público a las plazas. Subvencionar cosas como esta no ayudan para nada a la fiesta. Es más, dan una imagen exactamente contraria de lo que tiene ser la Fiesta, de lo que permite mantenerla y defenderla. ¿O es que hay alguien que, con seriedad, puede pretender reivindicar eso como evento cultural? Un poco de seriedad, señores.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Pinceladas de amargura

¡Cómo está el patio! A uno le gustaría recrearse en las faenas grandiosas de Morante, en el buen momento de El Juli, en el empaque de Manzanares, en las 2.000 corridas toreadas por el maestro Ponce,... Me gustaría glosar la figura del inigualable Rafael de Paula de quien mañana se cumplen 50 años de su alternativa en Ronda, en una goyesca con Julio Aparicio y Ordóñez. Recordar a Yiyo en el XXV aniversario de su mortal cornada en Colmenar. Repasar iniciativas interesantes como el Curso de Introducción a la Tauromaquia que organiza la Escuela de Madrid, la presentación del libro "Tauroética" de Savater que se anuncia para unos días en una de las Aulas de La Plaza de Las Ventas, el extraordinario Congreso de Fundamentos y Renovación de la Fiesta que se celebra a finales de mes en Sevilla, en las interesantes actividades que se están desarrollando en Valladolid coincidiendo con su Feria Taurina,...

Pero no, los taurinos oficiales y los blogueros se dedican a darse mandobles entre sí y con los antitaurinos por gilipolleces varias y preeminencias estúpidas. La desorganización de la Fiesta y la manifiesta mediocridad intelectual de los que están al frente del cotarro impiden organizar de forma eficaz y silenciosa la solución a los problemas cotidianos para poder centrarse en la grandeza de lo que ocurre en los ruedos y de lo mucho bueno que está surgiendo en torno a lo taurino.

Algunos ejemplos, para que ustedes me entiendan:

1.- Lo de Perera. Como para ser un aficionado de pro hay que dudar de la honestidad y la verdad de los toreros, un Presidente y algunos otros han dicho que fue poco organizado al anunciar con menos de tres horas de antelación que se caía del cartel en su segunda comparencia en Bilbao. Hay que ser ruines, cuando la explicación se dio bastante clarita desde el principio: Perera sentía molestias importantes desde el revolcón de una semana antes de San Sebastián y estaba toreando infiltrado; al llegar a Bilbao le hicieron una revisión más completa y le dijeron que tenía un grave problema en una vértebra y que si no paraba y tenía algún percance el resultado podría ser gravísimo. Ante lo cual, y muy a su pesar, pone fin a la temporada. Uno puede pensar que Perera este año ha estado mejor o peor en sus comparencias en las distintas plazas (y ahí están las crónicas en este blog de las tardes en las que le hemos visto este año, en la que podrán ver cómo hemos resaltado que nos ha gustado menos que hace un par de temporadas). Pero de ahí a poner en duda su honradez o suponer que alegaba una lesión de esa envergadura para no estar en Bilbao una tarde más va la distancia entre la crítica artística y una mezquindad inaudita. ¿No tienen otra cosa que hacer los taurinos? Después, Cepeda ha respondido con contundencia y tal vez se haya excedido en lo del "don nadie", los temas personales y cosas por el estilo (se ha excedido menos, en todo caso, que aquellos a los que respondía). Pero es que lo que no puede ser es que siempre se esté dudando de los toreros y que eso sea señal de ser buen aficionado.

2.- Lo de Calahorra. Un "empresario" (con perdón) taurino que suspende una corrida porque ha vendido pocas entradas y va a perder mucho dinero. ¿Nadie va a exigirle que cumpla su contrato? ¿Nadie va a exigir responsabilidad al Ayuntamiento que le adjudicó la Plaza para su gestión? ¿Nadie va a pensar en serio cómo tienen que enfocar los Ayuntamientos la gestión de sus plazas, como actividad cultural, y establecer su presupuesto y su actividad igual que plantean el resto de las actividades culturales -es decir, no pensando en su rendimiento económico sino en la difusión y formación cultural de los vecinos durante todo el año-?

3.- Lo del Defensor del Pueblo. La Unión de Abonados y Aficionados de España ha presentado un escrito ante el Defensor del Pueblo solicitándole que presente un recurso de inconstitucionalidad contra la prohibición de los toros en Cataluña. Primero, la mayoría de los medios (taurinos y no taurinos) han dicho que ha presentado un recurso de inconstitucionalidad, lo cual es manifiestamente incorrecto porque esos recursos se interponen ante el Tribunal Constitucional y sólo ciertas instituciones pueden hacerlo. Lo que ha hecho la Unión es instar al Defensor del Pueblo (que sí puede interponerlo) a que lo haga. Pero es que, además, han sido los únicos. ¿Dónde está La Mesa del Toro? ¿Y la Asociación Taurina Parlamentaria -50 diputados o senadores pueden presentar el recurso-, están recabando firmas para hacerlo? ¿Y las asociaciones de profesionales taurinos, de empresarios, de ganaderos,...? ¿Han hecho algo? ¿Piensan hacerlo? ¿O es que les han vuelto a convencer los políticos, como hicieron en Cataluña con el resultado que se vio, que es mejor tener un "perfil bajo"? ¡Va a ser impresionante cuando se agote el plazo y no se haya interpuesto el recurso en plazo y frente a quien puede pronunciarse!

4.- Lo de las manifestaciones antitaurinas frente a las plazas de toros. Como ha recordado el Blog Los Toros en el Siglo XXI, o los periodistas Paco Aguado o Santi Ortiz, un día se va a liar. En cualquier otra actividad (deportiva, cultural, empresarial, sindical, política, religiosa,...) nunca se daría autorización para una manifestación en un lugar en el que puediera ocasionarse un problema de orden público. Pero como los taurinos somos gentes civilizadas (en general), con prejuicios (la mayoría) y tremendamente desorganizada, se ha convertido en una costumbre ir a provocar y tenerse que aguantar si te llaman asesino o te pegan un empujón antes de acceder a la Plaza. ¿Tampoco hay nadie que ahorre a cada aficionado o asociación que tenga que defenderse individualmente? (El domingo en La Cope daré cuenta de cómo hay sentencias que ya prohibieron ciertos recorridos de manifestaciones antitaurinas por su coincidencia con las taurinas).

5.- Lo de la Feria del Pilar. ¡Vaya Feria que han hecho!...

6.- Lo de las "huelgas" convocadas por la Comisión de Seguimiento del Convenio Colectivo Taurino, o por asociaciones o sindicatos de banderilleros y picadores, que además sancionan a quienes no se suman a sus protestas. ¿Alguien había dicho que la tauromaquia era una actividad cultural? ¿Se imaginan ustedes a un escritor o a un pintor en huelga, a un escultor renunciando a su inspiración porque una galería no le vende bien sus creaciones, a un músico negándose a cantar porque no-sé-quién no pagó a alguien que una vez actuó en el mismo escenario -aunque el empresario que ahora lo gestione sea otro-?

Pues mientras dediquemos a esto nuestro tiempo, ¡vamos listos! Mientras aficionados, periodistas, toreros,... tengan que dedicar su tiempo a estas simplezas, en vez de que las resuelva y lidere todas una organización única, representativa, de gente capaz, inteligente y eficaz (vamos, casi lo mismito de lo que hay), no tendrán su mente y su tiempo en lo que importa. Así, vamos a llegar a más gente por los cojones, vamos a reivindicar el valor cultural la tauromaquia cuando las ranas bailen flamenco y vamos a conseguir enseguida que los mejores (cultural y socialmente) defiendan y promuevan el toreo, se pongan a la cabeza de nuestra manifestación.

(Quería hablarles también de Morante, de cómo tengo la sensación de que su genialidad cada vez se entiende menos. Pero creo que por hoy ya es bastante.)