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miércoles, 10 de agosto de 2016

Más consideraciones sobre el Pliego de Las Ventas

El Pliego de las Ventas ha seguido dando que hablar, con opiniones en general críticas, pero muchas de ellas sin una explicación clara de qué pretendían que hiciera la Comunidad de Madrid y por qué. Como bien ha apuntado Paco Aguado, no se entiende demasiado bien la virulencia de las críticas cuando "el pliego no difiere demasiado de los de anteriores concursos madrileños..."

Por su parte, la Asociación El Toro (de la que difiero en general en su manera de ver la Fiesta y lo que debe ser la plaza de Madrid) ha emitido un resumen muy útil sobre una reunión mantenida con el Director Gerente del Centro de Asuntos Taurinos. En ella aportan datos muy valiosos y dan su visión sobre cuestiones que les agradan y otras que echan en falta. Se podrá estar de acuerdo o no con su valoración de los pliegos, pero la nota da pistas muy útiles sobre por qué se han tomado determinadas decisiones en la Comunidad de Madrid y permite que cada cual se forme su criterio.

Respecto a uno de los asuntos más recurrentes y sustanciales del Pliego, como es el de los criterios de adjudicación, los cambios no son conceptualmente muy significativos, aunque en algunos de ellos sí se han clarificado los elementos conforme a los cuales se valorarán, objetivando de este modo la puntuación. Así:

  • La oferta económica en 2011 suponía un 25% de la valoración total. En 2016 se aumenta al 30%.
  • En 2011 se valoraban con un 15% descuentos en los abonos de tercera edad y jóvenes, implantación de venta telepática y domiciliación bancaria.  En 2016 se valora con un 13% el descuento en los precios y las mejoras en las condiciones de pago.
  • El aumento del número de festejos suponía un 10% en 2011 y supone un 5% en 2016.
  • La programación general de la temporada se valoraba hasta un 25% en 2011 y ahora se valora un 15% (estableciéndose ahora criterios objetivos para valorarla).
  • La promoción y divulgación suponía un 15% en 2011 y supone un 7% en 2016 (estableciéndose también ahora criterios objetivos para valorarla).
  • Las mejoras constituían un 10% en el Pliego de 2011 (obras en la Plaza); en 2016 se eleva al 15%, siendo un 7% lo que corresponde a las obras y un 8% al sistema de seguridad de la Plaza.
  • Y, por último, el Pliego de 2016 incluye un 15% de valoración relativo a la Financiación de la Escuela Taurina, aspecto no contemplado en el Pliego de 2011.

Como puede observarse, salvo por el hecho de incluir la valoración de la financiación de la escuela taurina y del sistema de seguridad de la plaza (en conjunto un 23% del concurso), el resto de criterios son muy similares, manteniéndose una ponderación bastante similar (salvo en materia económica, en la que se aumenta), pero tratando de objetivar los elementos conforme a los cuales se valorará cada criterio.

Es evidente que esto no es, ni de lejos, lo que mejor le viene a la tauromaquia. Ni lo que más conviene a los empresarios, ni lo que los aficionados hubieran preferido. Pero tratándose de la gestión de un servicio público y queriendo evitar conflictos derivados de la adjudicación, parece que son criterios continuistas y pragmáticos. Es lo que tiene depender de plazas de titularidad pública...

Por otro lado, creo que conviene hacer mención al Pliego de Prescripciones Técnicas. Un Pliego que detalla en qué condiciones debe prestarse la gestión de la plaza. Un Pliego que, como se ha dicho, es tremendamente intervencionista. Un solo hecho lo prueba: el anterior tenía (sin anexos) 16 páginas; el actual, 55.

Sin embargo, una lectura detallada permite comprobar que gran parte de la abultada extensión del Pliego se dedica a regular de forma minuciosa los medios auxiliares de la plaza (despeje de plaza, chulo de toriles, cuadra de caballos, tiros de mulillas, paradas de bueyes, divisas, puyas y banderillas, areneros, servicio de ruedo, mayoral, banda de música, enfermería,...). A detallar cada uno de estos elementos se dedican más de diez páginas, sin que parezca que existan novedades significativas sobre lo que es habitual en Madrid en cada una de estas materias. También se dedican varias páginas a la regulación de la explotación de bares y almohadillas; en este ámbito quizá lo más llamativo (además del control de precios de los bares) es la prohibición de dar latas a los espectadores (algo común hasta ahora) y la exigencia de que las almohadillas estén "en perfecto estado de conservación y limpieza" (sin comentarios).

Se incluye, además, como aspectos novedosos, la regulación detallada de los Festejos Populares que se exigen (al menos dos), las desencajonadas públicas (al menos cuatro) y la gestión de la Escuela Taurina. Sobre los festejos populares y las desencajonadas, particularmente creo que hubiera sido mejor no incluirlo como exigencia, sino permitir su celebración si el empresario lo considera adecuado.

En cuanto a la Escuela Taurina, me ha llamado la atención muy positivamente que, además de la formación de futuros profesionales taurinos, bajo el epígrafe de "Otras acciones formativas" se incluye la formación de aficionados prácticos, aficionados en general y la formación de autoridades y profesionales que intervienen en festejos populares. Hemos defendido que sería tremendamente útil que la Escuela se abriera a los aficionados y que la plaza estuviera abierta a ellos todo el año de un modo creativo: haciendo que los aficionados fueran conociendo a quienes serán toreros en un futuro y que aumentara y conocimiento de la Fiesta. Parece que el Pliego da pie a ello y esto debe ser bienvenido. Sólo una objeción, en el apartado de los ingresos (1.7) se alude a la inscripción inicial y mensualidades de lo que parece ser la formación de futuros profesionales; pero nada se dice de cómo pueden establecerse y a quién corresponden los ingresos de estas otras acciones formativas (1.5).

Y por no extenderme más, apuntar cuatro aspectos que también me han resultado llamativos:


  •  Se prevé la celebración de festejos de carácter extraordinario, fuera de San Isidro y la Feria de Otoño por el gran interés que pueda suscitar en el aficionado "así como por sus elevados costes organizativos". Estos festejos pueden tener un precio diferente de las localidades, previa autorización de la CAM. A mí sólo se me ocurre una razón (un nombre, a lo sumo dos) para incluir esta previsión. Cualquier otra que trasladara fuera de San Isidro los mejores festejos sería sencillamente inadmisible.
  • Se prevé la necesidad de que el empresario para la programación de carteles y actividades taurinas cuente con la opinión de abonados y asociaciones de abonados canalizados por el Centro de Asuntos Taurinos a través de un "Portal de Atención al Abonado" de futura creación. Habrá que ver cómo se instrumenta esta iniciativa, pero la posibilidades son enormes y casi todas para que los carteles tengan un mayor interés para los aficionados.
  •  Parece que la Grada Joven pasará a ser Andanada (así parece desprenderse del apartado 1.9 A.4).
  • Se apuesta por crear abonos de temporada para el aficionado en general con un descuento del 20% sobre el precio de taquilla. Como ya apuntaba en la anterior entrada, creo que esto tiene dificultades jurídicas sin dar todos los carteles al comienzo de la temporada y es algo que no sé si tiene mucho recorrido en Madrid a poco que los aficionados, como hacen otros habitantes de la capital, salgan de ella algunos días de vacaciones y tengan compromisos familiares o alguna que otra actividad ciertos fines de semana...




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